
Texto de Ananías Cohen. De sobra sabemos, o deberíamos saber, que Billie Holiday es una de las cantantes más importantes de la historia de la música y del Jazz del siglo XX. Y como lo fue, también tuvo que ver con otros músicos igual de importantes de esa historia de la música. Lo que esperamos de un «biopic» sobre ella es que no sólo se hable de ella. O al menos, que se nos muestre también el contexto donde se desarrolló su biografía no sólo como ornamento de fondo.
En el «biopic» de Holiday del 72, interpretado por la también célebre cantante Diana Ross, una de las fundadoras de las Supremes, titulado «Lady sings the blues», sí tiene estos detalles aunque de manera un tanto velada. En la película de reciente estreno «Los EE.UU contra Billie Holiday» ni veladamente. Aunque sobresale la interpretación e imitación de la cantante en el escenario de la actriz Andra Day, la historia que cuenta, como su propio título indica, se limita a contar el conflicto permanente y personal entre la estrella y un importante miembro neurótico del FBI, obsesionado con la canción «Strange Fruit». Canción que habla de los horrorosos linchamientos del Ku Kux Klan en el sur de los EE.UU. De su trágica y sufriente vida con amor frustrado, de su adicción a la heroína, su mala salud y sus malas relaciones de pareja. Nada que no sepamos si conocemos algo al personaje.
Holiday en el filme, no es más que una excusa para hablar del racismo en los EEUU, contado de una manera que aunque entretenida no es precisamente brillante, y que ahora se apunta a la «tendencia». No oirás hablar del gran saxofonista Lester Young, que tocó muchos años con ella, ni de Benny Goodman o Artie Shaw geniales clarinetistas que grabaron discos maravillosos teniéndola de cantante, y a tantos otros. Ni del trompetista Charlie Shavers o el pianista Sony White, que tocaban con ella en el mítico local neoyorquino «Cafe Society», que sí que aparece en el filme. Se nombra a Louis Armstrong casi de casualidad y porque es muy conocido.
Pero que no nombren ni a uno de los tantos grandes músicos que la rodearon no es tan importante. Lo que sí lo es y a la vez penoso, es que pudiendo mostrar los momentos más importante de la historia del Jazz y la música vivida por esta genial cantante, parezca que se limita a «mucha gente colocada» con problemas con la policía, muy mal hablados, y a los que casi les falta cantar Rap extemporalmente.
Foto: Promocional.