
Con la producción ejecutiva de Jesús de Fariña y la musical de Jesús Bola se talla y cincela a conciencia “Mi calle no tiene nombre”, una obra flamenca nueva con aire antiguo, composición moldeada y esculpida sobre el pedestal de la tradición, o lo que es igual: guitarrista y cantaor, pero sujeta con el armazón de sonidos de metales, amarres de cuerdas y andamiajes tecnológicos actuales que, no por ello, restan importancia o contenido a lo que se quiere mostrar en la escultural voz de Juani Mora.
Mora es un joven flamenco de garganta vieja fundida de pureza, artista llamado a rotular con nombre propio y con letras mayúsculas la calle por la que transita que, no es otra, que una vía iluminada con luz natural de lo que se canta por lo que se siente, se vive o se sueña.
Y en ese sueño de calles, donde la suya aún permanece sin nombre ni apellidos, se arriesga a decir cantando por derecho que también es y se llama flamenco una canción andaluza, unas sevillanas, una rumba de toda la vida o un bolero hasta llegar al nueve, que es el número de temas que abarcan los “palos” flamencos que la conforman, pasando por la puerta de la seguiriya y la cabal, las aceras de las alegrías, serias barandillas de cantes de Trilla, los alegres escalones de la bulería trianera y los bordillos de los tientos a uno y otro lado de esta calzada.
Las calles pertenecen a los barrios, los barrios a los pueblos y los pueblos a los hombres que los conforman, pero deben entre todos llevar un hilo conductor que los asocie, sea el caso que nos ocupa, pátina en las manos de Twolovers en coproducción con Karonte, cómplices y por tanto participes de esta obra de arte que ahora se nos muestra en otras calles, en otros barrios, en otros pueblos y para otros hombres, canon, sin duda, de las proporciones, perfil exacto de un modelo original. Bolero.
No existe como subgénero el “Bolero Flamenco”, tras la amplia fusión del bolero con otros muchos géneros, pero: ¿Quién podría afirmar después de escuchar “Mi Calle no tiene nombre” que no es un bolero como tal y que no es flamenco? Sevillanas. “A los maestros”, ¡no podía ser de otra forma! este homenaje cantado por sevillanas hacía artistas flamencos, cuya presencia ya no es física, pero que conforman, entre todos, la razón de ser de Juani Mora, su autor y su intérprete. Rumba. Abramos la ventana de nuestros sentidos para que entre “Brisa fresca”, una rumba que llega impregnada de exquisito perfume flamenco. Tientos- Bulerías. “No me queda más” son unos tientos que desembocan a unas bulerías, algo tan raro como que un poeta le escriba al amor pasando por el desamor, raro sí y original también, si no único.
Juani Mora
Juan Mora Muñoz, de nombre artístico “Juani Mora”, nace en la ciudad de Sevilla el 2 de junio de 1999, por lo que cuenta con 23 años de vida y muchos más de amplios conocimientos flamencos, memoria ajena y razón propia de como desarrolla su arte, mismo que está ligado por el cordón umbilical de la sangre y su entorno familiar desde su nacencia.
De orígenes trianeros, lleva la sapiencia no escrita de los códigos antiguos traducidos a un lenguaje moderno, donde se mueve abierto y sin dificultad a otras músicas, sin dejar atrás lo que supone su interior verdad flamenca, sonora exteriormente en su eco y con un acento personal y por tanto único de interpretación.
En una adolescencia temprana hasta ayer, inicia hoy su carrera ofrecida a la antigua, que no vieja, manera de darse a conocer fuera de teatros y circuitos habituales de la época que habitamos, lejos incluso de estudios de grabación, internet y redes sociales, aunque ello no le haya supuesto restar popularidad, calidad e importancia a lo hecho y ofrecido hasta la fecha, voceo añejo con futuro de mañana.
“Mi calle no tiene nombre”, es su primer álbum discográfico, artesanal construcción de una transitada vía, donde muchos circulan y pocos la moran.
Una clara sorpresa en mayúsculas desde las minúsculas sombras de los elegidos.
¡Y si no al tiempo que es quien todo lo mitiga o todo lo acrecienta!
Jesús de Fariña