
Los 4 fantásticos volvieron a cobrar vida gracias a la factoría Marvel y cuenta en esta ocasión con el sobrenombre de First Steps: Primeros pasos. Dirigida por Matt Shakman, este lanzamiento está basado en la historia y los personajes de Jack Kirby, Stan Lee y Eric Pearson y en este caso está protagonizado por actores de la talla de Pedro Pascal, Joseph Quinn, Vanessa Kirby, Ebon Moss-Bachrach y Julia Garner entre otros que cumplen en papeles como los de Señor Fantástico (Reed Richards – Pascal) Susan “Sue” Storm (Kirby) y Johnny Storm (Quinn) y la Mole (Moss-Bachrach). Todo ello bajo la égida y batuta de Kevin Feige que es su responsable máximo.
La película se quita bastante rápido la habitual explicación de situación y elige la televisión para acercar lo antes posible al público el hacer de estos cuatro maravillosos personajes y con unos pocos trazados son capaces de saber quién es quién y qué hacen. Con esta introducción del tirón, algo de agradecer, la película al mismo tiempo también acierta con la mirada retrofuturista, como si fuera decorado esa Tierra paralela con un tardo art-decó. Es como si hubiéramos hundido el futuro en el costumbrismo de los años 40 ó 50. Ese ambiente, original y tributo a la televisión de mediados del siglo XX es desde luego uno de los aciertos del film.
Desde el punto de vista actoral, todos se desenvuelven de manera positiva y la cinta camina muy bien con los personajes propuestos. Pedro Pascal y Vanessa Kirby poseen una muy buena química y lo demuestran en pantalla. De hecho, entre el resto de los 4, Moss-Bachrach y Quinn se llevan los alivios cómicos que no son abundantes como habitualmente y que están notablemente contenidos. De hecho, diría yo que sobresale el hecho que el humor no tenga el protagonismo habitual en la serie de las películas Marvel.
Aunque con un personaje importante pero con poco metraje, Julia Garner nos acerca a Shalla-Ball, una surfera de plata verdaderamente intensa y curiosa. Es la mensajera de Galactus, el malo malísimo de la trama. La secretaria del gran jefe y que les da a la primera de cambio una cita intergaláctica para la recepción inmediata.
La película tiene un guion bastante lineal y no ofrece ningún tipo de sobresalto hasta el punto que es bastante predecible y ésta sí es una de las fallas que tiene el film. Poco a poco vamos conociendo lo que sucede y se van desarrollando los acontecimientos de manera directa. Que la pareja fantástica tiene un hijo, el preocupado padre primerizo quiere saber sus poderes o hasta dónde llegará las posibilidades de su prole. Elementos mundanos, adaptados a la pareja de la mujer maravilla y del supercientífico.
Sin embargo y casi paradójicamente éste también es un acierto de la película. Que el guion sea sencillo para seguirlo y hacerlo realidad consigue que tanto director como guionistas no tengan que jugar con muchas tramas y que el mensaje llegue nítido y claro. Detrás quedan aquellas películas con las que había que prácticamente emprender importantes estudios para seguirlas.
Así las cosas, uno hace propósito de enmienda, se presta a comerse cualquier “gol” y soporta algunos de estos bailes, en pos de seguir degustando la película. El cgi no está nada mal, la iluminación y la producción es la correcta, y desde luego los embates del film y las esperadas frases, como por ejemplo esa de “es la hora de las tortas” engolosinan a cualquiera. La cinta se convierte en un dulce, de esos que se derriten en el paladar de cualquiera.
Como no podía ser de otra manera, el personaje de Pedro Pascal trama la trampa y lo espera con algunas condiciones que hay que volver a pasar por alto. La falta de energía y la importancia de dejar el cerebro en la entrada, ninguna novedad con respecto a lo habitual en el espíritu Marvel.
Algo verdaderamente raro en la película es su metraje. La película dura una hora y cuarenta a lo sumo y nos parece que podía haberse regodeado no mucho más, pero sí un poco más en su propia extratagema. Ese metraje tan pequeño hace que realmente todos los acontecimientos se sientan verdaderamente juntos y apretados. A la película, sobre todo en la última parte le hace falta respirar, le hace falta oxígeno. El amor de una madre, bonito argumento.
En definitiva, el paso de Marvel no es malo en Los 4 Fantásticos: Los primeros pasos. Se trata de una vía inteligente para seguir engodando al público con sus colorines e historias y se basa en no dar guiones complicados sino efectistas y seguirlos sin muchas alharacas para llenar la pantalla y -esperemos- las butacas de los cines. Los 4 Fantásticos, con otros títulos de la competencia -Superman- debe de ser, no lo olvidemos, la experiencia blockbuster del verano y su mix pertinente de aire acondicionado cotufas -palomitas- y livianos sueños del celuloide. Ambas películas se pueden ver y pueden entretener y se puede considerar que han cosechado un empate técnico en la competencia veraniega del cine.
Ya no hay tramas temporales complicadas, de esas que no se debía perder uno ni la más mínima película, escena extra o serie si quería seguirla. Los 4 Fantásticos es también una película de cura de humilidad que es lo que probablemente esta serie necesita: ya no se es pretensioso, ya no se intenta abarcar el sol con la mano. Es un buen preconcepto y auguramos mejor futuro en esta fase recién iniciada que en la anterior. En fin, film entretenido y lo que es mejor, consciente de sus limitaciones.
Foto: promocional de la película Los 4 Fantásticos