Redaccion 
Omara Portuondo hizo famosa como la mejor exponente del movimiento filin de Cuba: el «movimiento de sentimiento» de cantantes que interpretan letras con emoción conmovedora. “Doy mi corazón, pongo todas las emociones en mi canto”, dice cuando se le pide que describa el estilo. Cuando sucedió Buena Vista, Omara tenía más de 60 años y ya era la gran dama del canto cubano.
“Ninguno de nosotros podría haber imaginado que este proyecto iba a ser tan especial”, dice sobre Buena Vista. “Fue un regalo compartir algo tan hermoso con amigos y músicos que admiro. Nos llamaban los embajadores de la música cubana y eso es algo que se lleva con honor”
“Cumplí 90 en medio de esta pandemia. Jamás imaginé que podía llegar a esta nueva juventud y seguir cantando.
Tantas noticias tristes, tanto adiós, tanta distancia, nos han hecho comprender mejor el valor de la VIDA, de la familia y los amigos. Aprovechar cada instante y poner música a las cosas, puede ser el mejor aprendizaje de estos años.
Para mí cantar es vivir, es mi manera de ser. Si me preguntan por mi lugar favorito, será siempre el escenario, la canción que canto, el próximo aplauso. Mientras tenga voz y alguien me quiera oír, permítanme cantar.
Por eso me urge emprender esta gira mundial, con todas las ganas, con todas las sonrisas. Siento que es un buen momento para dejar personalmente un ¡hasta luego! a mis seguidores en los países más lejanos, a los que, como aún no se ha inventado la teletransportación, parece más difícil que pueda volver. Tal vez luego de estos años sea preciso dejar un poco los aviones y el vaivén alrededor del mundo y deba entonces pasar más tiempo en los estudios, tal vez…
Mientras tanto y como quiera que el mundo despierta otra vez, vamos juntos a celebrar la VIDA”.
Foto: promocional (web de Omara Portuondo)
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