
«Es una putada ver descarrilado a alguien a quien quieres mucho», confiesa el propio Moreira sobre «Malabares», su nuevo single. Y es precisamente de eso de lo que habla este sencillo, de alguien cercano que desde siempre ha ocupado el papel de rebelde sin causa, y cuyos pasos terminan por dejarlo en la cuneta. Que tire la primera piedra quien no lo haya vivido en carne propia.
Y es que las letras de este violinista y cantautor sevillano son tan honestas y transparentes como él mismo. A ellas se une la sonoridad chispeante, delicada y casi artesana de la que puede presumir su producción, dando forma a un proyecto musical preciosista que promete depararle (y depararnos) muchas alegrías.
Tras los dos primeros sencillos, el homónimo «Me cuesta decir la verdad» y «Mi luna», ahora Moreira avanza el tema «con más punch del disco», según sus propias palabras, «en el que el contrabajo y la percusión riegan al resto de instrumentos habituales del EP, tales como guitarras y violines». Por si fuera poco, el tema acaba con una sección de cuerdas «a lo Andrew Bird« que es, tal y como confiesa Moreira, una de sus mayores influencias.

No ha sido fácil el camino que ha llevado a Jesús a ser quien es pero sí puede explicar, en cierta medida, la magia que desprenden sus letras. «Cuando era adolescente pasé una de las épocas más difíciles de mi vida, seguramente la peor», recuerda el cantautor afincado en Barcelona. El acoso escolar lo obligó a cambiar de centro e incluso a embarcarse en un proceso judicial. Aunque han pasado más de 13 años de aquello, a Moreira los fantasmas vinieron a visitarlo durante el confinamiento.
«En la pandemia, escenas que ni siquiera creía recordar, volvieron a mi cabeza en forma de pesadillas. No dormía mucho, y cuando me despertaba mal, lo único que me salía era escribir y coger la guitarra». De esta forma nacieron las canciones que más tarde se convertirían en su próximo EP, del que «Malabares» es miembro ilustre.
El propio autor apunta que este trabajo se aleja mucho del anterior, aquel «Sol de invierno» de 2019, «pero es que no soy la misma persona», confiesa. Con un bagaje musical tan amplio como variado, Moreira ha hecho piña con su hermano, David González Moreira -músico, productor e ingeniero de sonido y mezclas- para darle forma a un disco que bebe de fuentes tan abundantes como Bon Iver, Sufjan Stevens o el citado Andrew Bird
Con semejantes referencias, no es extraño que ya estemos prendados de Moreira. Su sensibilidad infinita, esas letras exentas de alardes exagerados y la cercanía tan mágica que transmite su música nos ha abierto las puertas de un universo que ya ardemos en deseos de recorrer. Y mientras llega el momento, nos quedamos haciendo «Malabares» con su último y fabuloso single, ¿te apuntas?
Foto: promocional.