
Todd Phillips vuelve a la carga con su propia visión de la cosmología de Joker, con Joaquin Phoenix del brazo y con la savia nueva y aire fresco que aporta Lady Gaga. En esta ocasión, además, con el subtítulo colgante: Folie à Deux. De esta manera, Phillips regresa a una historia y no se reduce a lo que han hecho otros cineastas con la habitual historia del hombre murciélago -que por aquí no sale ni con invitación- y deja, fiel a su estilo, un final levemente abierto, por si cambia de opinión y hace una nueva historia del personaje o circundante al cabo de los años.
Joker 1 ya nos sorprendió y lo hizo por su cambio de tempo, su facilidad para hablar de los terrores mundanos y no tanto sobre capas y látex y aventuras y desventuras de malos de goma y caballeros blancos sin mácula. De esta manera, la falta de seguridad social era por ejemplo uno de esos abismos que era de manera cruel la sociedad quien ataba una losa a nuestro invitado, a nuestro desgraciado Joker. Es un poco Taxi Driver (Scorsese, 1976), ¿Era la sociedad quien enviaba al matadero a nuestro protagonista? ¿Era esencialmente el Joker malo o era el monstruo que hemos creado todos? Es un poco también M, el Vampiro de Düsseldorf (Lang, 1931). La idea no es original, como casi todo ya en el mundo del celuloide. Todo está contado, como se suele decir.
Con ese difícil listón -y en esto no estamos de acuerdo con casi el resto de la crítica- Phillips vuelve a recrearse en el universo de manera admirable. Parecería que ha ido realizando trabajos de esta calidad durante mucho tiempo, pero no, Todd solo era el director de novelas y películas de risa fácil y sarcásticas. Y ha sabido ponerse en la piel de la polémica, del Joker de la baraja.
Para colmo, Joker 2 se reinventa y no presenta más de lo mismo. Para dar la sensación vital en el guion de la película de la dualidad mental del personaje, el realizador incluye dentro del batido una película b, que mancha la historia lineal de algunos pasajes musicales que nos hace cargo de lo mal que está esa mente. Sencillamente ese señor ha abandonado el plató antes de tiempo. La salud mental, de nuevo, a debate. ¿Cómo es Arkham Asylum? ¿Cómo se trata a gente enferma? Hasta ahora los realizadores apenas nos habían presentado el Hospital psiquiátrico de Gotham y aquí sí tenemos presente los abismos que se conforman dentro de sus gruesos y alambrados muros. No es más que una tribu de guardianes que son de todo menos personas adecuadas para el puesto, un atajo de golfos armados hasta los dientes. La ración de porra parece ser norma habitual y con todo ello, los enfermos se resienten. ¿Quién ha dicho que la vida sea justa?
Los pasajes de musical son bastante brillantes porque además de que Joaquin Phoenix está entonado lo justo para la ocasión, Lady Gaga aporta sus grandes posibilidades y dotes para la canción y para la escena. Es un amor loco, como siempre se nos ha presentado y ambos lidian con los presidios mentales y con sus propias cárceles. Punto superior para Gaga que se adapta a lo ya escrito y que comprende perfectamente su rol. Supone el contrapunto justo y está verdaderamente creíble fundada en su personaje, así sea con su maquillaje como desprovista de él. Personaje de los que dejan además huella. Gaga escribe su propia fantasía de los fanáticos de los ídolos, aspecto que adivinamos que le será especialmente atractivo.
La fase de juicio, también dispuesta para la canción, es bastante rica. Es entretenida y cuenta con el Fiscal de Gotham, un juez convincente y una fase de testigos verdaderamente lujosa. Joker 2, cuando aparece el juicio ya te ha ganado. Ya se ha quedado atrás un comienzo un tanto lento pero certero que te hace de manera leal partícipe de la monotonía carcelaria y del personaje entre rejas. Joker 2 se ha metido en tu bolsillo y te planteas cómo han podido pasar tan rápido las dos horas.
Una seguridad social que pone por encima la medicación que otras consideraciones. El medicamento antes de la escucha y la definitiva mala receta de la porra antes de la comprensión del enfermo. Y esto no es que sea un canto en contra de la necesaria píldora médica antes en algunos casos pero sí, la falta de atención y el falta de respeto a la gente que ha perdido la salud mental. Curiosamente, hoy día que escribimos esta crítica (9 de octubre) es día de la salud mental.
Para colmo de bienes, la película Joker 2 es un fascinante ejercicio formal de cine. El despliegue es perfectamente bueno y todas las fases de producción y realización están correctamente llevadas a buen término; sonido, música incidental o no, iluminación, maquillaje, coreografías y un largo etcétera. Nos encontramos con escenarios verdaderamente creíbles.
Sobre el final no vamos a señalar casi nada. No es justo destripar la película. Sólo añadir que es fundamental pensar que en la película como en la vida las cosas no son justas o precisamente sí y todo lo contrario a la vez. Cabe argumentar que a lo mejor nuestro antihéroe no es el que esperábamos y que sencillamente es cuestión de estar atento al segundo plano para saber que está realmente sucediendo. El final se explica por sí mismo, no hace falta que lo traduzca ningún tercero vía YouTube, es redondo y deja abierta la vía de una tercera parte que -según parece- el propio director ha rechazado realizar.
En definitiva, aprovechen el momento y vayan a ver Joker 2 Folie à Deux.