
Nuestro compañero Adrián Gómez presenta la siguiente crítica de Roger Waters: This is not a drill, el último trabajo del ex-componente de Pink Floyd
Edificios semiderruidos aparecen en la pantalla, con la banda de espaldas, envuelta en la oscuridad. Suena Comfortably Numb, sosegada, austera, cantada por el coro femenino, y la multitud expectante. No hay solo de guitarra ni coda final.
Estamos en Praga, los dias 24 y 25 de Mayo de 2023, y Roger Waters ya lo ha advertido en los monitores: El que no esté dispuesto a escuchar sus proclamas políticas y ha venido sólo por Pink Floyd, que se vaya a la mierda…o al bar. Aparece el protagonista iluminado por los móviles, que el mismo ha intentado censurar. Vestido de negro, nos recuerda The Happiest days of our lives, para ayudarnos a colocar Another Brick in the Wall. Platea ganada, pero el discurso está ahí.
The Powers that be lo demuestra, tras abandonar el primer bloque sobre The Wall. Nos invita a sentarnos en The Bar a reflexionar y dialogar con desconocidos. Está sentado al piano, en un plano intimista con el público ganado de antemano. Viajamos a 1975 para preguntar Have a Cigar, funky rock del bueno, crítica a la industria discográfica mediante, y nos vamos más atrás, recordamos a Syd Barret en Wish yo were here, momento emotivo, con imágenes de la banda en los sesenta.
De la fundación de la agrupación en tiempos psicodélicos, tras asistir a un concierto de Gene Vincent y los Rolling Stones. Se sigue desglosando anecdotario mitómano con textos que acompañan a las canciones. Shine on your crazy diamond y ni rastro de David Gilmour. No existe en el universo Waters. La primera parte del show termina citando a Orwell con respecto al disco Animals, de 1977. Ésta vez no hay hologramas en 3 D representando el Battersea Station cómo si lo hubo en la gira anterior de Us and Them, pero el cerdo rosa lleva flotando desde mediados del recital.
Roger nos recuerda con Sheep, el borrego que todos llevamos dentro. Y así volvemos a 1979 con In the Flesh, con la estrella erigida como lider fascista, con martillo como evástica. Más vale que corras. Cuando suena Run like Hell, abandonamos territorio Floydiano con Deja Vu. No deja títere con cabeza, citando a cada uno de los criminales presidentes de los últimos 40 años en USA. Con pañuelo Palestino al cuello y guitarra acústica nos pregunta Is this the life that what really want?. Arremete contra todo y contra todos. El listado de víctimas asesionadas por credo, condición y raza aparece en pantalla.
Tiempo para Money, himno radiofónico de la banda madre, que irónicamente, fue un hit en 1973, criticando el consumismo de la sociedad moderna. Abrimos el melón de The Dark Side of The Moon. Us and Them contrasta imágenes del primer y tercer mundo. Las proyecciones definen el mensaje. Breve respiro con Any Colour You Like, instrumental relief para acometer el clímax; Brain Damage/Eclipse. con Jonathan Wilson y Jon Carin dándolo todo. Show denso, divulgativo e inacabado.
Llegan los bises. Two suns in the Sunset es una pieza de 1983, que el rockero rescupera de The Final Cut. Tonada antibelicista, en los estertores de la guerra fría, con la amenaza nuclear de por medio. Que quede claro que ésto no es un simulacro. Es la despedida. Es un puñetazo sobre la mesa. Es Roger Waters.
Volvemos al piano, y al bar. Recuerda a Bob Dylan, por la inspiración para ésta última canción, a su hermano mayor, recientemente fallecido; y a su mujer, que está allí. Reunión entre amigos en formato acústico, con la banda al desnudo. Se suman acordeones para salir del muro. Outside the Wall pone punto final al Meeting (en todos los sentidos), saliendo entre el público, tocando los instrumentos y cantando, como feriantes, hasta el próximo recital.
El pastor dice adiós, pero ha sido una celebración, concienzuda y valiente, emocionante y epatante, apabullante y necesaria. La música con alma como arma. Ellos y nosotros. No. No ha sido un simulacro. Ha sido, y es real. Así que no dejen de acercarse a los cines, o recuperarlo en streaming. Todo un viaje. Muchas gracias por éstos sesenta año
Foto: promocional (This is not a drill)