El dúo tinerfeño Socos Dúo ha publicado en este mes de noviembre Isla 자유 (Jayu, libertad), resultado de un intercambio artístico con el YL Jazz Trío de Corea del Sur que ha generado un diálogo sonoro entre dos culturas distantes. El álbum, grabado en una sola toma durante una residencia artística en Tenerife, fusiona marimba, violonchelo y electrónica con el lenguaje del jazz coreano para construir una identidad musical compartida.
La colaboración surgió casi por azar. En mayo de 2025, Socos Dúo viajó a Seúl para grabar “Airport”, incluido en el próximo disco del trío coreano, en una propuesta impulsada por la productora ClassiX, dirigida por Viola Lora.
El intercambio continuó en septiembre, cuando el trío coreano viajó a Tenerife para ofrecer una gira dentro del festival NOON Canarias y trabajar junto a Socos Dúo en una residencia artística. Esa convivencia cristalizó en Arena Digital Estudios, donde se realizó la grabación final, también en una sola toma, siguiendo una filosofía que apuesta por el riesgo, lo inesperado y la escucha activa. El chelista Ciro Hernández subraya que lo que hace valioso un concierto es lo imprevisible, y que para ello el músico debe estar abierto a las reacciones de sus compañeros en tiempo real.
El título del disco sintetiza el espíritu del encuentro: “isla” como raíz, memoria y pertenencia atlántica; y 자유 (jayu), “libertad” en coreano, concepto central del jazz. Cada una de las cinco piezas del álbum une un término español con su par coreano —Camino (무지개, Arcoíris), Alma (바람, Viento), Raíces (노래, Canción), Tiempo (꿈, Sueño) y Luz (마음, Corazón/Mente)— generando puentes culturales y emocionales. Hernández destaca que la música opera como lenguaje universal: los músicos se entienden incluso sin compartir idioma, porque lo emocional se encuentra siempre expuesto.
Uno de los ejes del sonido de Isla Jayu es la arquitectura electrónica propuesta por Martín, que actúa como detonante de las improvisaciones. Ritmos creados con sintetizadores —como el Roland Juno-60— se mezclan con percusiones canarias tradicionales, como el tambor y las chácaras gomeras, creando un terreno común en el que dialogan la tradición atlántica y la sensibilidad asiática. La electrónica se integra de forma orgánica, sostiene el discurso sin dominarlo y permite que cada instrumento encuentre su espacio.
La barrera idiomática no representó un obstáculo: el trío coreano no habla inglés con fluidez y Socos Dúo no domina el coreano, pero donde la palabra no llegaba, lo hacía la música. Como recuerda Martín, la comunicación verbal era limitada, pero en lo musical todo fluyó como si llevaran años tocando juntos.
El álbum se inserta en una trayectoria de casi dos décadas en la que Socos Dúo —formado por Martín y Hernández— ha explorado fronteras entre géneros y sonoridades, evolucionando de una base clásica hacia la composición propia, la experimentación tímbrica y la integración de la electrónica. Isla Jayu expande esa búsqueda, abriendo posibilidades a nuevas colaboraciones y reafirmando la vocación de Socos como lugar acogedor de encuentro creativo.





