Foto: Ana Millares, boceto de la portada. Lo ha vuelto a hacer. Jorge Pardo ha vuelto a su característica fusión con ‘Djinn’ (Manantial de Músicas, 2016), su último disco. Partiendo de un lujoso envoltorio, el saxofonista y flautista madrileño vuelve a sentir en sus manos la pasión de la fusión de mundos muy diversos. Vuelve al punto de partida iniciado probablemente en ‘Huellas’, el exoflamenco, y que se acentuó de manera muy especial en ‘Historias de Radha y Krishna’.
Con este nuevo disco, Pardo vuelve a armar un grupo de jóvenes músicos y se dedica a poner a poner su sonido de manera acorde con el final de la década del siglo XXI.
Uno de los puntales de esta nueva construcción es precisamente la banda de la que hace gala Jorge Pardo. Con parte de la cual, ya estuvo presente en el pasado Festival Internacional Canarias Jazz & Más Heineken. En ese momento, el proyecto necesitaba un nuevo hervor. Más rodaje. Músicos como Santi Cañadas, David Bao, Enriquito –que tiene también nuevo disco- o José María ‘Petaca’ colaboran de manera activa para realzar el hacer del Maestro.
La genial labor de este músico, considerado en el año 2013 como ‘Mejor Músico de Jazz Europeo’ otorgado por la Académie du Jazz francesa, cae en un lecho moderno, ecléctico y perfectamente válido.
Tuvimos la posibilidad de comprobar de primera mano como suenan en directo con el nuevo proyecto y con la banda al completo en el madrileño Café Berlín, el pasado 21 de enero. En un sold out total, Pardo sigue cautivando con las enseñanzas de Camarón y de Paco de Lucía.
El álbum comienza de manera demoledora con temas como ‘Lo sé por El Talega’ o ‘KL3Y2C0N’O-1’ (de impronunciable nombre). Y el disco continúa por su senda perfecta hasta su particular versión de ‘Entre dos aguas’.
Probablemente, la mil veces versionada ‘Entre dos aguas’ tiene en Jorge Pardo una de las voces más preclaras como para dar su punto de vista sobre la misma. ¿Cuántas veces la habrá tocado con el difunto Maestro, Paco de Lucía? Jorge se hace esa pregunta retórica en el libreto. Y la respuesta es sencillamente brillante. Una versión puesta en día, fuera de sentimentalismos y que puede engalanar la discoteca de cualquier melómano e incluso cualquier pista de baile. ‘Entre dos aguas’ tiene una arrancada final funk que puede enloquecer a cualquiera.
Con ‘Djinn’, Pardo ha vuelto a reverdecer sus laureles de César mundial del ritmo, funk, jazz y flamenco. Eso sí, no es un disco de purismo. Aquí el único purismo tiene que ver con la adoración a la fusión, la mezcla de sentidos y de quejíos probablemente orientado hacia las antenas de un público ávido de sonidos nuevos.