Foto: Promocional. Ha muerto en su París natal la actriz Jeanne Moreau, quien protagonizara aquella inolvidable película ‘Ascensor para el cadalso’ (Louis Malle, 1958). Esta cinta gozó de una banda sonora que se quedó para el resto de la Historia como una de las mejores, con la participación del afamado trompetista de jazz, Miles Davis.
Entre los años 50 y 60, se codeó con la crema y nata del cine mundial. Fue cuando hizo de musa de Louis Malle, François Truffaut, Michelangelo Antonioni, Luis Buñuel, Jacques Demy y Roger Vadimentre otros realizadores de la Nouvelle vague francesa. También trabajó con Elia Kazan, Orson Welles, Peter Brook, Wim Wenders y otros famosos directores.
Se citan entre sus trabajos más conocidos algunos del calado de Los amantes de 1962, La novia vestía de negro, Ascensor para el cadalso, «Il marinaio del Gilbilterra» de 1967 con nada menos que Orson Wells, La noche con Marcello Mastroianni, Diario de una camarera, Viva María! (con Brigitte Bardot), La reina Margot (1954), Diálogos de carmelitas, Las relaciones peligrosas con Gerard Philipe, Moderato cantabile y la extraordinaria e inolvidable Jules et Jim.
Entre sus filmes posteriores se cuentan Querelle de Fassbinder, la película de acción Nikita y El amante de Jean-Jacques Annaud. En 1995 se destacó por su papel como Isabel, emperatriz de Rusia, en la película para TV Catalina La Grande, con Catherine Zeta-Jones como protagonista.
En 2002 interpretó a su gran amiga, la escritora Marguerite Duras, en el film Ese amor (Cet amour-là) y fue la favorita de directores como François Ozon y el israelí Amos Gitai, con quien rodó Plus tard (Algún día comprenderás), Disengagement y Carmel.
Jeanne Moreau (París, 23 de enero de 1928-ibídem, 31 de julio de 2017) fue una laureada actriz francesa, considerada como una de las intérpretes más emblemáticas de dicho país. Abanderada de la Nouvelle Vague, fue uno de los símbolos femeninos de la Europa de los 60 y una de las grandes actrices de su época. Orson Welles la consideró «La mejor actriz del mundo». Actriz de teatro, cine y televisión fue también directora de cine, teatro, ópera, guionista y escritora.
Su rostro, ojos y enigmática sonrisa fueron el emblema de la sensualidad francesa. En 1995 fue elegida entre las cien estrellas más sexys de la historia del cine por Empire Magazine. Ligada mayormente al cine de autor, gozó de notable prestigio en el medio cinematográfico, aunque entre las generaciones más jóvenes no es muy reconocida.