Sorprendido nos hayamos con ésta, una de las últimas producciones de la factoría Netflix. La empresa de producción y distribución de películas por internet se ha lanzado a la aventura de realizar esta película llamada Diamantes en bruto (Uncut Gems) y dirigida por los hermanos Safdies –Joshua y Benny-. Por otra parte, está protagonizada por Adam Sandler, Julia Fox y por el jugador de baloncesto Kevin Garnett.
Desde el comienzo del film nos encontramos una cinta atropellada, una narración ultra veloz y un guion que podemos definir como sólido. Es curioso porque estas velocidades suelen conducir al desastre pero en esta ocasión funciona bastante bien.
Por otro lado, estábamos acostumbrados con Adam Sandler a papeles francamente mediocres y algunos papeles humorísticos de calado barato. Sin embargo, Diamantes en bruto no tiene nada que ver con ello. Con un carisma poco habitual en su filmografía, Sandler traduce perfectamente el personaje. Sandler se luce con un papel serio y eso es de agradecer. Al respecto podemos compararlo con el último papel de Jim Carrey en Sonic y sale ganando con mucho el primero.
Precisamente, en el ámbito de la construcción de los personajes, Sandler lo borda. Todo el mundo que se acerque a esta película tiene claro qué rol sigue cada uno y qué psicología tiene. Se puede considerar por lo tanto que el papel de un joyero judío, tramposo y jugador es de bastante enjundia para centrar la película. Resulta que el personaje de Sandler consigue algo así como la perla en la famosísima novela de John Steinbeck. Hace un montón de sueños con ella y apuesta. Claro que apuesta. Tiene una enfermedad que tiene que ver con las apuestas y en esta ocasión no iba a ser diferente.
Por otro lado, está Kevin Garnett que hace de sí mismo. De esta manera, se tiene a un actor hiperrealista ¿Quién mejor que un jugador de la NBA para hacer de su propia persona? Además, se puede añadir que es bastante creíble su actuación. Su obsesión con la gema no tiene precio. La pugna de intereses, la locura, rayando el esoterismo, es bastante interesante.
Recuperar la gema o la “perla” en concreto es el entretenido papel al que se abandona nuestro héroe. Una combinación terrible de drogas, alcohol y mala vida, así como un sinfín de amenazas del lumpen y de la mafia de la gran ciudad: esa es la circunstancia que le atañe. Todas las decisiones de este antihéroe con suerte son, a priori, malas pero poco a poco va jugando con las arriesgadas situaciones.
La película es también un retrato de la vida familiar judía en New York. La relación de este hombre histriónico y negociante con los suyos es también una parte importante dentro de la cinta. Esto tiene un importante valor también. Hasta ese punto están construidos los caracteres.
Mucho se ha comentado sobre la ausencia de esta película en la lista de los Oscars. Desde luego, no pueden estar todas pero para nuestro gusto tanto el trabajo de Sandler como el guion le podría haber valido una o varias nominaciones como mínimo.
En definitiva, completa cinta que tampoco es que llegue al nivel brillante de los incunables del cine pero que puede dar a la audiencia un importante momento de diversión y entretenimiento. El papel omnipresente de Sandler y el atropellado corte de edición –sobre todo al comienzo de la película- opera a su favor y la producción se puede considerar como redonda.
Foto: Promocional.