Desde hace algún tiempo tenemos Incerteza, el último disco de Enrique Oliver. El saxofonista malagueño ha sacado este estupendo disco a través del sello sevillano Blue Asteroids. Supone 9 temas que transitan en diversos espacios jazz, desde ciertos tributos al gran Sonny Rollins a su aporte personal ¡Qué también es grande! Y aquí estamos contando esta nueva publicación con el protagonista.
A Oliver le acompañan en esta aventura músicos de gran valía, casi se puede hablar de una selección de lo mejor en el panorama musical español: Albert Sanz, al piano, Deejay Foster, al contrabajo, Jorge Rossy, a la batería y dos colaboradores especiales: Voro García, trompeta y Fernando Brox, flauta y trombón. No te pierdas este soberbio disco que tiene los componentes esenciales para ocupar de manera fructífera el tiempo.
Aprovechamos este contacto para mandar muy especialmente un abrazo al club de Jazz Naima, de Sevilla, que tenemos constancia de su cierre al final de esta –truncada- temporada.
– Por empezar por algún lado, Enrique, díganos como inició su carrera en el mundo de la música. ¿Cómo fue el acceso a un instrumento como el saxofón?
– Enrique Oliver: Con 8 años entre a formar parte de la banda de mi colegio. La asociación juvenil musical Las Flores. Ahí me dieron a elegir instrumento y me llamó mucho la atención un saxo brillante que pasó por delante de mí. Como en la banda estaban escasos de tenores y sobrados de altos, tuve que empezar tocando el tenor, algo poco habitual por el tamaño del instrumento para un niño tan pequeño.
– ¿Ha sido siempre fiel al saxo tenor o ha tenido algún contacto con el soprano o el barítono?
– Enrique Oliver: Tuve que tocar el alto durante 4 años, para finalizar los estudios de grado medio de saxo clásico en el conservatorio. A parte de eso, he coqueteado un poco con el soprano y el clarinete bajo. En alguna ocasión también con el barítono.
– Incerteza es el nombre de su nuevo disco, ha sido publicado bajo el sello de Blue Asteroids, que siempre se han portado tan bien con nosotros, ¿Qué le llevó a elegir este título? ¿Tiene algo que ver con la sensación general del álbum?
– Enrique Oliver: Incerteza es una palabra que escuché varias veces viviendo en Lisboa, en el invierno de 2017. Significa incertidumbre en portugués. Aunque en castellano también existe el término, me cautivó su sonido en portugués. Además estaba viviendo una época de incertidumbre, de cambios. Estando en Lisboa me surgió la posibilidad de irme 1 año a Basel, Suiza. A realizar una residencia artística llamada Focus Year y lo hice.
En ese marco compuse el tema que resultó dando nombre al disco.
– Deje que le digamos ¡menuda formación! Repasemos, Albert Sanz, al piano, DeeJay Foster, contrabajo, Jorge Rossy a la batería y después algunas colaboraciones como las de Voro García a la trompeta en tres canciones y aporta su flauta Fernando Brox y también trombón ¿Cómo los conoció?
– Enrique Oliver: A Fernando lo conocí en el conservatorio cuando éramos adolescentes y coincidíamos en alguna asignatura. Aunque no cruzamos ni una palabra hasta muchos años después cuando empezamos a coincidir en las jams del Onda Pasadena, mítico bar musical de Málaga.
A Jorge Rossy lo conocí en Alhaurín de la Torre (Málaga) en el 2003 cuando vino a tocar al festival del Portón del Jazz junto a Martí Serra y Jordi Matas. Recuerdo que toqué con ellos en una Jam posterior al concierto y aluciné. Tocamos Blue Bossa en modo mayor ¡Una auténtica frikada! Yo tenía 17 años y al cabo de dos años me fui a Barcelona a vivir y tuve el inmenso honor de tocar con él en sus proyectos y en los de su hijo Félix.
A Albert lo conocí en Barcelona allá por el 2005. Estuve tocando con él en un grupo llamado Organics en él que estaban Jordi Matas, Esteve Pi y Albert al órgano Hammond. Hicimos el circuito de conciertos de INJUVE con aquel grupo. Desde antes de eso ya era fan absoluto de la música de Albert.
A Deejay lo conocí en el histórico I Seminario de Jazz de Cádiz. Justo cuando él acababa de volver de estudiar en Berklee, Boston. Enseguida nos hicimos super amigos. Compartíamos un amor incondicional por Coltrane y Steve Grossman.
A Voro también lo conocí por esa misma época en el Seminario de Jazz de Valencia. Enseguida conectamos musicalmente y decidimos montar una gira por el levante. Era el año 2004 y desde entonces hemos estado juntos en mil proyectos, grabaciones y disparates varios.
Para mí es una alegría tocar con gente a la que a parte de admirar como músicos, me une un vínculo especial, un cariño y una amistad y es el caso del grupo que me acompaña en el disco.
– Es usted de Málaga, lo conocimos en Almería de hecho, ¿Cómo está el ambiente de la música andaluza que tanto frecuenta?
– Enrique Oliver: Existen varias trincheras de locos maravillosos que mantienen viva la llama del jazz en Andalucía. Gente como Pablo Mazuecos de Clasijazz, Juanlu Valle en Algeciras, la asociación Assejazz en Sevilla o Sergio Albacete con Jaén Jazzy, por nombrar algunos. Gracias a las asociaciones de Jazz y a algunas otras iniciativas, existe un circuito donde dar vida a la música que se hace aquí. Esto es fundamental ya que hay grandes músicos con muchas cosas que decir en Andalucía y un público no muy grande pero si muy fiel y entregado. En el ámbito discográfico, tenemos a Rizoma Records y a Blue Asteroid, que están creando un catálogo de calidad con artistas en su mayoría andaluces.
También está el seminario de jazz de Alhaurín, del que tengo el honor de formar parte a nivel organizativo, con XVI ediciones a sus espaldas al máximo nivel y siendo una cantera muy importante para los músicos de aquí y de toda España.
– Íntimamente relacionado a Blue Asteroids está el club Jazz Naima y hemos sabido hace relativamente poco su cierre al final de temporada ¿Qué siente usted como jazzman y andaluz cuando suceden estas cosas en un sitio tan señero en Sevilla?
– Enrique Oliver: Es una pena. Pero es algo a lo que nos estamos acostumbrando muy a mi pesar. En Málaga hemos tenido varios clubes en la última década que no han durado más de 2 ó 3 años. La Moraga, Bebop o el Necker son algunos ejemplos.
Por suerte hay algunos que sobreviven a base de gran esfuerzo y dedicación. Por ejemplo, el Clarence jazz club, que ha tenido que mudarse recientemente de Málaga a Torremolinos. O el Clasijazz en Almería que lleva más de 10 años haciendo una labor encomiable con Pablo Mazuecos a la cabeza. La gentrificación afecta también a los clubes de jazz. Que se ven obligados a cerrar o a mudarse por las subidas en los alquileres. Ese fue el caso del Clarence y del Naima si no me equivoco.
– Musicalmente, el disco se inicia con Calypsonny y no hay que ser muy listo para ver las referencias directas a Sonny Rollins, entre el calipso y su nombre ¿Qué supuso para usted la carrera del denominado coloso del saxo tenor?
– Enrique Oliver: Cuando tenía 9 años descubrí una grabación que me marcó para siempre. Uno de los temas se llamaba The Everywhere Calypso y lo tocaba Sonny Rollins. Me lo aprendí entero y lo tocaba a la vez que sonaba en el equipo de música. Desde entonces amo a Sonny Rollins. Me ha dado miles de momentos de felicidad. No hay otro sonido como el suyo. Su sentido del ritmo y de la armonía, su humor y su profundidad. Es como un torrente de ideas que no puede parar de fluir. Puede estar 20 minutos tocando el mismo tema y no te aburres nunca. Es un improvisador total, como diría Cifu.
– Recordamos que estuvo usted en la Big Band de Clasijazz cuando actuó el Lee Konitz por esos pagos almerienses ¿Qué rememora de esa etapa?
– Enrique Oliver: Para mi fue mágico compartir esos momentos con Lee, al que admiro profundamente. Recuerdo cuando fuimos a recibirlo al aeropuerto con la big band de Clasijazz y comenzamos a tocar un arreglo de Lover Man a modo de bienvenida. O cuando tocó a cuarteto con Bori, Marco y Ramón, con los que se acababa de conocer. Yo estaba en primera fila en ese concierto y fue algo muy especial. Las melodías que improvisaba, su fraseo. Podías notar como todo lo que salía de su saxo estaba destilado, era verdadero y hermoso. Ese hombre ahí sentado, tocando y cantando para nosotros, tras 7 décadas al máximo nivel. Habiendo formado parte de la historia y desarrollo del jazz. Se me saltaban las lágrimas. Era muy de auténtico.
Otro momento que recuerdo de esos días fue en una jam, después del concierto con la big band. Tuve la oportunidad de tocar con Lee su tema Subconcius Lee. Yo le hice la segunda voz. La misma que casi 70 años atrás había grabado Warne Marsh con Lee. Fue muy emotivo para mí.
– Seleccione un disco de Rollins ¿Cuál fue para usted una referencia definitiva? Procure escarbar un poco en su parte menos conocida
– Enrique Oliver: Empecé escuchando un recopilatorio suyo en el que estaba The everywhere calypso, como mencioné antes, además de otros temazos como You don´t know what love is del disco Saxophone Colossus. También me encantan los discos Way Out west, Tenor madness, Sound of Sonny, The Bridge, tengo una colección de todo lo que grabó para RCA Victor a princpios de los 60´s que es una pasada, también el freedom suite, el directo del Village Vanguard. Sus discos como sideman con Max Roach o con Kenny Dorham. Como ves me cuesta elegir uno, pero en general conozco más lo que hizo hasta mediados de los 60. De sus grabaciones posteriores me queda mucho por descubrir.
– ¿La canción Rocío tiene una dedicatoria especial?
– Enrique Oliver: Sí. Está dedicada a la virgen del Rocío. No, es broma… (risas) mi pareja se llama Rocío y le dediqué la canción a ella.
– ¿Cómo lleva Andalucía y su periodo de residencia la lucha contra el coronavirus? ¿Han anulado muchas actuaciones? ¿Afecta mucho a compañeros autónomos? ¿Qué hay que reivindicar a administraciones?
– Enrique Oliver: Estamos viviendo unos momentos extrañísimos. La incerteza –nunca mejor dicho- nos invade. Nadie sabe que va a pasar ni como será después de que pase todo. Sólo nos queda aprovechar estos momentos y sacar algo bueno de ello. Practicar, componer, reflexionar.
Ahora mismo, aquí en Andalucía, está todo parado igual que en todas partes. Los músicos, como muchos profesionales de otros campos, nos estamos viendo con 0 ingresos. En una situación como esta, sale a relucir la precariedad de nuestra profesión. A las administraciones les pediría que la cuota de autónomo vaya en relación a lo que se ingresa como ocurre en otros países y que si hay 0 ingresos no tengamos que pagar nada o casi nada.
– Al respecto, ¿Cómo se organiza una gira de presentación de disco en este estado de cosas?
– Enrique Oliver: Yo tengo varios conciertos y giras de presentación ahora mismo en “standby”. En abril, si todo vuelve a la normalidad, presentaré mi disco en Bilbao, y después en una gira de 5 días por Cataluña. A finales de mes tengo programada una gira por los países bajos con Nono García trio y en mayo 2 festivales para presentar Incerteza.
– Muchas gracias por su tiempo, Enrique ¿Quiere añadir algo más a nuestros lectores? Le dejamos un saludo con olor a naranja y a canela…
– Enrique Oliver: Simplemente darte las gracias, Héctor por la entrevista, felicitarte por tu labor de difusión del jazz y mandarles un saludo a todos los seguidores de Canción a quemarropa.
Foto: Promocional.