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Cuando las oleadas de confinamientos empezaron a azotar la ciudad de los rascacielos, Nueva York, el batería y compositor Clemens Grassmann se enfrentó a una importante disyuntiva: vacilar y desmoralizarse o concentrarse y trabajar así como asentar las bases de su futuro. Poner piedras de reconstrucción en el resurgimiento y renacimiento de la escena musical de la Gran Manzana.
Cuando parecía también que la industria musical iba a desmoronarse, Grassmann eligió tener esperanza, y esperar con una determinación activa de reconstruir y hacer algo más fuerte y mas grande. Con este tono esperanzador comenzó el nacimiento del nuevo proyecto que ahora ve a la luz, Grass Machine. Grass Machine es una historia sobre la fuerza de la comunidad any el apoyo en medio de la desunión sin precedentes que provocó la pandemia.
“’Dejamos la batería tal y como la había colocado Billy Hart’, me dijeron cuando entré en la cabina de grabación”, recuerda Grassmann. “Nunca había sentido tal sensación, una mezcla mágica de devoción, humildad y emoción al grabar mi música en los prestigiosos estudios Rudy Van Gelder, exactamente en la misma habitación que vio nacer algunos de los discos más grandes del planeta como por ejemplo A love supreme de John Coltrane, Adam’s Apple de Wayne Shorter y otros de los importantes hitos de Herbie Hancock.
Tal era la energía que atesoraba esa sala de grabación que la sesión de grabación de Grassmann’s Grass Machine parecía una continuación de la tradición de uno de esos discos publicados por la Blue Note Records. El primer ladrillo colocado por Grassmann en el camino del renacimiento de la ciudad de New York en la década de los años 20 del presente siglo se colocaba ahí, y de esa manera.
Tras el embate de la pandemia conocida por todos, la escena y la comunidad de la Ciudad se había vuelto, paradójicamente, más fuerte y más unida. Grassmann y su banda no fue una excepción. Grassmann conduce una grabación en el que se encuentra un optimismo esperanzado y bien fundado para el futuro de la música.
“La ciudad de New York es un lugar cargado de electricidad y energía, una red de cerebros y máquinas, ruedas dentadas entrelazadas de músicos que trabajan”, asegura el batería. “Mientras la ciudad está reabriendo, el renacimiento ya ha comenzado”, confirma.
Musicalmente, Grass Machine tiene un sonido claramente reconocible. Con un septeto que abraza la tradición y las grabaciones de la Blue Note al tiempo que impulsa de manera decidida modernos conceptos de armonía y melodía del jazz. Grass Machine presenta arreglos intricados que logran un equilibrio cuidadoso entre resaltar la melodía y arrojar luz sobre maquinaciones internas de la banda. El disco lo mezcó el ingeniero Jannek Zechner.
1. Re.Op (6:35)
2. Chicken on a Trane (6:44)
3. Tech Delight (6:35)
4. Rat Jacuzzi (7:19)
5. Petrichor (5:58)
6. Glimpse of a Second Sound (4:07)
Foto: cortesía del artista.