
Argentina, 1985 es la excelente nueva película del director Santiago Mitre y está protagonizada por Ricardo Darín y por Peter Lanzani, encabezando éstos un extraordinario reparto. Es un film interesantísimo que se cuela entre la cartelera y la propuesta de las aplicaciones de cine, sin efectos especiales estrambóticos, sin efectismo y con una historia humana. Historia humana que además tiene un montón de miga. Sin ánimos de ser exhaustivos los hechos se parecen a los siguientes:
A) Todo país tiene una parte de su Historia de la que no está precisamente orgulloso,
B) La solución eficaz ante esos momentos que enrojecen la cara no es la de sepultar lo sucedido o silbar como si nada hubiera pasado,
C) Los países se ven obligados a realizar una catarsis pública como si exponer esos “detalles escabrosos” que tienen escondidos debajo de la alfombra fuera algo sano y fortaleciera el ánimo de sus conciudadanos y reparara las heridas ocasionadas (lo segundo por encima quizás de lo primero).
Dados los anteriores supuestos, el arte, que suele ser reflejo del alma y de la sociedad también, es la última pomada de estos lamentables quehaceres. Los países juiciosos no suelen hacer pasar mucho tiempo cuando liman estas dolorosas asperezas y cuando vierten democracia en su memoria. Otros prefieren que pasen siglos.
Argentina tampoco se libró de estas premisas que estamos realizando, y es aquí en donde se centra Argentina, 1985. Apenas unos años después de los criminales actos de gobiernos dictatoriales, la sociedad de ese país del Cono Sur, se remangó la camisa y se puso mano a la labor con un Gobierno de Raúl Alfonsín, comprometido a confrontar el pasado, a pesar de las amenazas y con personajes reales como el Fiscal de aquella época, Julio Strassera y su ayundante, Luis Moreno Ocampo. Ellos y su equipo fueron los primeros en estar en el punto de mira teóricamente patriótico.
En el caso de la Argentina, la asociación Madres de la Plaza de Mayo luchó muchos años para que se hiciera justicia con la gente que perdió la vida durante la dictadura de Jorge Rafael Videla que entre otros terroríficos mandatarios estaban totalmente de acuerdo y cooperaban con el imperio del terror que tenían impuesto por razones políticas. Todo aquel que no era del agrado del poder, era depurado.
Hubo procesamiento de los responsables y se depuraron gran parte de las responsabilidades, a pesar de que ya en los años 90 fueron condonadas una buena serie de penas por Carlos Saúl Menem.
Así las cosas llega por fin el momento de hablar de esta película que pone negro sobre blanco lo sucedido. Narra las peripecias del Fiscal citado, Strassera y acabando con su histórico y emocionante alegato final del macroproceso que tuvo más de 800 testigos y que resultó, como decimos, con la condena de algunos mandatarios y gobernantes. La película es correcta. Está bien rodada. No comete peripecias raras ni es pretensiosa y se cuelga a la espalda de un acertadísimo -esto no es ninguna novedad- Ricardo Darín y con una sabrosa ayuda de un casting de lujo con Peter Lanzani como brillante compañero.
El metraje es largo pero en esta ocasión es más que necesario. Hay que narrar una peripecia judicial que duró meses, incluyendo la investigación. Se siente de manera magistral la presión por una sociedad que solicitaba por una parte justicia y por otra la absolución.
Hay un momento claramente dramático cuando por primera vez los procesados entran en la sala y van intentando considerar como no competente al jurado, al no pertenecer a la jurisdicción militar. Y en tales manejos, la película lo borda en oro.
Argentina, 1985 está especialmente indicada para aquellos que disfrutan las películas de juicios y tribunales, que es un sector fílmico ya de por sí, y también para aquellos que gustan de las que ajustan cuentas con la historia. En ese primer sentido, recordamos de manera especial la película de los Vencedores o vencidos: El juicio e Nuremberg con Spencer Tracy y Burt Lancaster entre otros (S. Kramer, 1961) y del segundo grupo, El Hundimiento (Oliver Hirschbiegel, 2004) con el inolvidable Bruno Ganz en el papel de Hitler.
No se pierdan Argentina, 1985, especialmente si la pueden ver en la tranquilidad y en la oscuridad del cine. La escena del discurso es de las que hace época y de una emoción bien grande.
Fotos: promocionales de la película Argentina, 1985.