Hemos marcado en vista la película Megalodón 2, La Fosa (WB, 2023) la última cinta de Ben Wheatley conocido director de películas como Rascacielos o Fuego Cruzado.
Al socaire de la taquillera primera parte, ahora nos llega nuevamente este animal de las profundidades abisales, de donde no debería poder emerger a la superficie. La película vuelve a lucir a Jason Statham como héroe de acción y la participación de artistas como Able Wanamakok, Li Bingbing, Sienna Guillory o Wuu Jing, entre otros. No nos engañemos, porque no es justo, Statham forma parte de la producción ejecutiva -es decir, la paga por lo menos en parte- y por lo tanto es el hombre protagonista de este blockbuster veraniego.
Blockbuster veraniego, incidimos, eso es Megalodón 2, no nos confundamos. M2, La Fosa es sencillamente un divertimento gamberrro en donde ni si quiera hay que tener un guion para que el público vaya en masa, con su cerebro anclado en la taquilla, los cubos de cotufas o palomitas hasta los topes y su sentido de la crítica cinematográfica sencillamente anulado. Un megalodón abisal es sencillamente un oxímoron irresoluble. Dadas estas circunstancias, la película comienza con unas pretensiones enormes, en algunos momentos parece como si fuera la ochentera Abyss (1989), pero sin la calidad de un realizador como James Cameron.
Sin embargo, esta carretera de la felicidad parece que va desbarrando poco a poco. Se van hundiendo en una película de presupuesto más que suficiente pero que piensa en entregar puramente una fábula bélica sin muchos miramientos. Una suerte de videojuego entre arpones, bombas y metralletas. Y es una pena porque hay un enemigo muy válido, un Sergio Peris Mencheta que cumple y que se entrega a la causa. Aunque la causa sea un poco nula. Sin embargo, esto no es más que una décima entrega de Rambo en lugares cálidos y marítimos. Los personajes no están muy bien construidos y por supuesto no tienen gran profundidad. Hay personajes heroicos que mueren y que resultan indiferentes por lo anteriormente expuesto.
Megalodón 2, desde el punto de vista técnico tiene un presupuesto grande y lo demuestra. Pero es que ese arpón no es lo suficientemente grande para atraparte y por supuesto sí para hacerlo con un espécimen de ese tamaño. En un momento es mejor que te entregues a la batalla en 3D y que te esboce una sonrisa o mejor una carcajada. Megalodón 2 acaba siendo una comedia involuntaria, una excusa un tanto cara para tomar el fresco del cine contra el sol del verano. En ese momento, la película ya cavó su fosa y es tan profunda que llega a 7 kilómetros bajo el nivel del mar. Pero ¿Es que qué esperábamos yendo a Megalodón 2? ¿Qué pretensión podía tener la película? Pues eso.
Me niego, además, en esta crítica en aclarar y entrar en pormenores que caen de maduro del árbol. Megalodón 2 no tiene un pase desde el punto de vista biológico. Ninguna persona resistiría sin las debidas precauciones en una profundidad semejante sólo por la diferencia de presión de fluidos.
El inevitable y más que esperable final no es más que el punto final de dos horas de sonrisas, pocas lágrimas y desde luego pocos frutos cinematográficos ya que el resultado es más que manida y previsible.
Foto: promocional.