Ya está en los cines y próximamente estará en la plataforma productora de la película (Apple TV) la última película del veteranísimo director Ridley Scott (85 años), Napoleón. Scott ha sido el realizador que confeccionó películas como Alien: el octavo pasajero (1979), Blade Runner (1982), Los Duelistas (1977) y, por señalarlo todo, también algunas muy frustradas partes de las sagas de Alien. Ahora llega lo que suele ser una obligación en cada uno de los directores que se precien; una gran biografía de un personaje público a la distancia histórica.
Napoleón está protagonizada por Joaquin Phoenix y Vanessa Kirby y cuenta con Rupert Everett o Miles Jupp entre otros. Scott ya se había enfrentado a las películas históricas y recordamos con cariño uno de sus últimos títulos, El último duelo (2021), por nombrar alguno. El guionista es David Scarpa que selecciona los pasajes más importantes de la vida del galo nacido en Ajaccio en 1769.
Acudíamos con ganas de imbuirnos en la vida de uno de los referentes militares de la Historia y conocíamos los recelos que habían despertado en parte del público (votos en webs de variado pelaje) y también crítica. No obstante lo dicho, como siempre, acudíamos con la mente en blanco y la verdad es que el balance ha sido prácticamente positivo, aunque como es natural, siempre hay máculas en el rodaje final.
Fotograma de Napoleón (Ridley Scott, 2023)
Vaya por delante que Napoleón es una película de entretenimiento, no un libro de Historia. Solucionado este primer paso, Scott no tiene la obligatoriedad de ceñirse de manera acérrima a lo sucedido. Quien quiera leer historia que lo haga en un libro (mejor que en su móvil).
La película tiene muchas muescas positivas en la culata, por ejemplo el diseño de producción, la fotografía, los escenarios y su recreación histórica, su banda sonora y el comienzo increíble con la decapitación de Maria Antonieta ¿Qué demonios importa que Napoleón no la haya visto en primera persona? Le da un geito épico, propio a la película. El rodaje de guerras, desde la que hizo famoso a Napoleón, el sitio de Tolón (Francia) hasta Waterloo (Bélgica), es sencillamente épico, implacable, bien desarrollado y finalmente excelentemente alumbrado. Uno entiende tácticas y estrategias militares con lo que ello comporta desde el punto de vista visual. Cierto es que hay algunos pasajes del gobierno de Napoleón que se saltan (por ejemplo la ocupación de España por su hermano José “Pepe Botella” Bonaparte) y también sus lugares de estudio y de perfeccionamiento militar ¿Y qué? Scott es libre para centrarse en las circunstancias biográficas y momentos que considera más jugosos. Es más, ampliar las escenas de más momentos de la vida de Napoleón hubiera restado tiempo en el corte mostrado en sala a batallas, exilios y a su drama personal y marital.
La relación, siempre dura con sus enemigos, países que cambiaban de bando como en una partida de ajedrez está bien plasmada el film y también deja por sentado el patriotismo de Napoleón Bonaparte, como motor de la voluntad del personaje. La peli crea las condiciones necesarias para conocer a los personajes de manera profunda, especialmente su protagonista y su esposa, y a su vez amor vital, Josefina.
Desde el punto de vista actoral, la película descansa en las espaldas de un ya veterano Joaquin Phoenix (49) que muestra sus mejores momentos en la selección de planos medios y primeros planos. Sin embargo, en algún plano general sale la manera de caminar demasiado “moderna”, que para nuestro gusto resta alguna verosimilitud a su actuación. Por su parte, Vanessa Kirby está sencillamente genial en su papel anteriormente mentado. Nos parece adecuada la química entre Joaquin y Vanessa y que reflejan fielmente a ambas figuras históricas.
La película, además, narra una odisea enorme de 30 años de duración, es necesario imbuirse en el País galo, con varias batallas que merecen ser narradas con el metraje preciso y con las enseñanzas del maestro Scott. Dicho lo cual, está perfectamente justificada la duración de dos horas y media.
En definitiva, desde esta tribuna no entendemos el recelo que ha despertado la película en parte de la crítica y el público y, no obstante, esto no comporta ningún tipo de problemática. Cada uno tiene el derecho de querer verlo todo para entenderlo o poder quedarse con pedazos de la vida de Napoleón (los más importantes) para ligar el rompecabezas. Veremos probablemente el metraje de 4 horas hasta por curiosidad, pero la verdad que lo mostrado en el cine es perfectamente entendible por sí mismo. Por lo menos en nuestra opinión. Hemos disfrutado como un niño con zapatos nuevos con los elementos de drama personal, entendido la psicología de los personajes principales y nos hemos regocijado de manera visual con la narración de algunas de las batallas más importantes del inicio de la Edad Moderna.
Fotos: Fotogramas de la película, Napoleón (2023)