Increíble la historia que se ha sacado de la manga un veterano de la escena cinematográfica y también, no lo olvidemos, del videoclip, David Fincher vuelve a la primera línea de ataque con su última producción: The Killer que cuenta, además, con la producción de Netflix.
Fincher derrama sus esencias en el lienzo, con una gran parte de las características que le ha hecho un filmaker enorme. El director de Denver (Colorado, USA) de 61 años nos vuelve a apasionar con el trabajo de los tonos grises y azules y se ha visto arropado por geniales actores y actrices y en este caso sobre todo en un titán: Michael Fassbender. Fassbender ya no es un superhéroe, es un asesino. Metódico, frío, sin piedad. He ahí la totalidad del juego que propone la película.
Desde el punto de vista actoral, Fassbender se carga al hombro toda la película y poco a poco van sucediendo escenas con Sophie Charlotte, una inolvidable Tilda Swinton, Charles Parnell y Arliss Howard por nombrar a algunos. Fassbender se luce. Es muy verosímil en su papel. Piensa y se repite a sí mismo una serie de normas que viene perfectamente al pelo. Hay además una escena con Swinton que se convierte verdaderamente en oro. Swinton hace también un speech, casi en monólogo, en el que merece la pena regodearse una y otra vez.
The Killer de David Fincher en París (Francia)
El asesinato es, como no podía ser de otra manera con este título, el verdadero protagonista del film y este trabajo nos embarca en un carrusel de crimen y de venganza que está especialmente indicado para todos aquellos fanáticos de este estilo. En otras palabras, quienes disfrutaron con Seven o Zodiac… ¡de cabeza a esta nueva película!
Otro de los fuertes de la película es el sonido. Trent Reznor ha sabido nadar en muchos ambientes y da una verdadera lección de ambiente. Poco a poco, las frases y las reflexiones del protagonista -que ayuda a entenderlo- se va introduciendo con la cadencia de un salmo en la mente del espectador.
Además el metraje está perfectamente contenido en lo que debería ser el estándar: 2 horas. Fincher es perfectamente consciente de que su odisea no es tal y que no puede estirar de manera lamentable el chicle en un tiempo superior. Otro ejemplo de autoconsciencia.
Es una película que además nos ayuda a viajar, empezando por París – Francia, República Dominicana y algunas localizaciones en Estados Unidos. El protagonista emprende su venganza en diferentes localizaciones y el espectador lo hace con él. La película va incrementando las escenas de violencia y de terror no siendo esto lo primero ni lo fundamental. Lo más importante, en este sentido, es la riqueza del ambiente, de la venganza y de la victoria o no de nuestro protagonista en su propósito.
Sin embargo, es una verdadera pena que se seleccione Netflix para ver la película y es igualmente una lástima que no se haya aprovechado para una distribución justa y masiva de un material tan delicado y tan genial. Es una gran cinta que se merece una proyección en proporción. Comprendemos perfectamente que Netflix tenga su negocio en la distribución por su aplicación pero a nuestro juicio tala la capacidad de absorber de manera completa y con toda la intensidad posible tal interesante trabajo. El gran cine en el cine, ya se sabe.