Por fin tenemos entre las manos el último disco del contrabajista Javier Moreno que ha sido publicado a través de Fresh Sound New Talent que lleva por título Quinteto Capital. Quinteto Capital es también, asumimos, el nombre del formidable combinado musical que presenta en este conjunto de cortes de improvisación. A Moreno le acompaña un nutrido número de músicos muy capaces, Román Filiú, en el saxo alto, Jorge Vistel, a la trompeta, Víctor Correa al trombón y Borja Barrueta, a la batería.
El grupo respira como un sólo cuerpo y se expresa conociendo la labor en cada momento. 7 canciones sencillamente impresionantes tanto en ejecución como en composición.
– Para empezar la entrevista y aunque parezca un poco trabalengua, ¿qué le atrajo del contrabajo? ¿Cómo fue su acercamiento al instrumento?
Javier Moreno: Muchas gracias por sacar tiempo para esta entrevista, se agradece de corazón.
Mi primer acercamiento al contrabajo fue a base de escuchar discos de jazz. Yo venía del bajo eléctrico, de tocar en grupos de hardcore en la adolescencia, en casas y centros sociales ocupados, cuando de repente se cruzó por mi camino el jazz (de la mano del rock progresivo primero), y poco a poco me fui enamorando del sonido del contrabajo y de la improvisación dentro de este lenguaje tan extenso. Así pues, comencé a tocar en grupos más acústicos mientras estudiaba con un instrumento prestado en la biblioteca de Conde Duque de Madrid. Un poco más adelante, al salirme un trabajo como basurero durante un verano, pude comprarme mi primer contrabajo.
Luego llegaron los grupos, el estudio intenso, los clubes, las giras, la experimentación con otras músicas como el flamenco, la composición y la vida nómada: primero el conservatorio clásico en Madrid, después el conservatorio de jazz en Holanda, después la universidad de Nueva York, La residencia de composición en la real academia de España en Roma, Buenos Aires … Y ahora la vuelta a Madrid, donde vivo rodeado de montañas, en un pueblecito pequeño en la sierra llamado El Boalo, donde continúo a diario con ese acercamiento que mencionas a este instrumento del que tanto tengo que aprender todavía. El aprendizaje en la música, es infinito, por suerte.
– Cuéntenos, cómo surgió este Quinteto Capital que presenta usted en este álbum, ¿todos están viviendo en Madrid?
Javier Moreno: Quinteto Capital, es una reflexión musical sobre el arraigo, y hace referencia a mi vuelta a Madrid después de casi veinte años y por supuesto, a la importancia vital que tiene este retorno a los orígenes.
El proyecto surgió después de ganar el premio de la residencia de composición de Conde Duque de Madrid en 2020. A partir de esta oportunidad, empecé a madurar la dirección estética y compositiva de un nuevo álbum, tratando de vislumbrar con quién quería hacerlo, cómo y hacia donde quería que fuera el próximo escalón a subir como compositor e instrumentista dentro de mi propio lenguaje.
Una vez encaminado el concepto y el personal que quería que me acompañase en la aventura, me puse a trabajar, y conseguí completar un repertorio de 7 temas nuevos. Después hicimos la residencia, ensayamos, tocamos la música en directo, y le mostré a Jordi Pujol (Fresh Sound New Talent) la grabación del concierto para ver si quería producirme mi cuarto disco con su sello. Por suerte accedió, y un tiempo después grabamos lo que acaba de editarse este otoño.
Con respecto a la pregunta de si todos estamos viviendo en Madrid: dentro de lo que nuestra actividad nos lo permite, sí, la mayoría vivimos en la Comunidad de Madrid y poblaciones aledañas, salvo Jorge, que en este momento vive en París.
Foto portada: Kaothic Alice
– El Line up o alineación del disco se puede calificar como brillante, Barrueta, Vistel, Filiú, Correa… ¿Es un dream team, no?
Javier Moreno: ¡La verdad es que sí, es un súper line up! En lo que se refiere al grupo, he de decir que la pandemia ayudó a que el inicio del proyecto pudiera realizarse, ya que en ese momento ninguno teníamos muchos viajes, con lo cual hubo tiempo para practicar y tiempo para el estudio individual, ya que la música es compleja, y requiere trabajo individual y ensayos.
Con respecto a cada uno de los miembros a título individual, he de decir, que la verdad es que es fue un lujo poder hacer coincidir a todos: a Borja y a Víctor (actualmente, toco en “movimiento” un proyectazo de Víctor superpotente) les conozco hace casi veinticinco años y a Filiu y a Jorge les conozco desde hace algo menos, pero Filiu ha tocado ya varios repertorios con mi música, tanto en Nueva York, como aquí, y yo de manera alguna vez, también he tocado música suya.
Con todo esto, quiero decir, que la reunión del grupo no es del todo casual, sino, que existe cierta afinidad, y cierta reciprocidad en nuestra identidad artística a nivel evolutivo, tanto ahora, como antes, y no solo en el aspecto interpretativo, sino también en lo compositivo, y en nuestro compromiso estético con la vanguardia actual del jazz.
En esta línea, también es interesante comentar, que a veces es una pena que no siempre podamos tocar juntos en la actualidad por diferentes compromisos con otros proyectos, pero bueno, esto es también un poco el jazz, a base de introducir personalidades nuevas en el grupo, el repertorio se va transformando hacia diferentes lugares, se componen nuevas piezas, y se van generando nuevas sinergias artísticas y colaborativas.
– ¿El disco hubiera sido igual con guitarra o piano? Fue buscada esta manera de tejer cada una de las canciones…
Javier Moreno: Pues pienso que no habría sido igual, ya que tenía ganas de hacer algo que funcionara a nivel contrapuntístico con el bajo y a la melodía, sin ningún instrumento armónico dando apoyo. Estudié el arte del contrapunto a consciencia para este álbum.
En mi imaginario sonoro para este proyecto, rondaba algo crudo y rítmico para cuatro voces melódicas independientes (incluyendo el bajo), que conjugara a partes iguales la disonancia, la “no funcionalidad armónica”, e incluso el dodecafonismo, con el lirismo más cantabile, o incluso más “romántico” (hablando en términos históricos).
Después, para mis estudiantes, he arreglado algunos de los temas para piano y también funcionan superbién, pero realmente, la manera de hilar, o tejer como tú mencionas, fue buscada para las voces melódicas que están. Aquí me interesa destacar que uno de los puntos fuertes de muchas de mis composiciones en este álbum, son los pasajes en los que las voces melódicas (más agudas), acompañan como base rítmica a las más graves. Me encantan los diálogos entre secciones, donde por ejemplo, el alto y la trompeta, funcionan como un engranaje baterístico para el trombón y el contrabajo haciendo labores de “lead”.
Quién sabe, para el próximo disco con banda grande, trate de armar algo incluso menos convencional: algo para dos baterías, con tuba, clarinete… la verdad es que, me encanta experimentar con cosas poco exploradas, y sorprenderme a mí mismo y a los demás.
Mientras que los músicos que elijo disfruten mi material y encuentren interesante a nivel emocional e intelectual lo que escribo, tendremos muchas posibilidades de éxito para gustar al público en los conciertos.
– Háblenos de sus contrabajistas favoritos, históricamente en el jazz, cuáles han sido sus referencias.
– Javier Moreno: (risas) ¡Esta es una pregunta compleja de contestar, pero lo intentaremos, allá vamos!:
De los históricos: Mingus, Oscar Pettiford, Milt Hinton
De los transformadores en New York: Richard Davis, Wilbur Ware, Charlie Haden, Steve Swallow (con el contrabajo) y Gary Peacock (con Albert Ayler y con Bill Evans sobre todo), Scott la Faro (en sus discos con Ornette Coleman)
De los transformadores en Europa: Palle Danielson, Jean Francoise Jenny Clark
De los actuales en Nueva York: John Hebert, Thomas Morgan, Drew Gress, Ken Filiano.
De los actuales Europa: Anders Jormin
Como influencia para mí como ejemplo de contrabajistas con perfil compositor: Charles Mingus, Dave Holland (conference of the birds), Carlos Bica (Azul).
– ¿Es Quinteto Capital un disco fresco? ¿Fue grabado con los artistas juntos o hubo más trabajo de edición?
– Javier Moreno: Totalmente fresco, se grabó muy bien ensayado y con todo bastante rodado (con cuatro conciertos previos seguidos), en seis horas de estudio (un día).
Hubo pocas ediciones, y una mezcla con una dirección bastante clara desde el principio. ¡Ah! Hice unas empanadas caseras para los músicos el día del estudio que ayudaron mucho a la música y a que todo saliese bien (risas).
«Quinteto capital es un disco totalmente fresco, se grabó muy bien ensayado y con todo bastante rodado (con cuatro conciertos previos seguidos), en seis horas de estudio (un día). «
– ¿Le llamaría la atención actuar con algún músico del panorama musical nacional o internacional?
– Javier Moreno: ¡La verdad es que me gustaría tocar con muchos!, y me encantaría volver a tocar con muchos con los que he tocado en el pasado y hace mucho que no veo.
En este sentido, trato de dejar que el destino musical me vaya acercando a la gente con la que quiero tocar de manera natural, e intento, desde ahí, intentar generar colaboraciones, imaginarme que podría escribir para esa gente, para algún proyecto, para algún bolo … Para mí es importante como líder tratar de tener un vínculo previo antes de llamar a alguien por muy famoso que sea: haber coincidido en algún grupo suyo, de otra persona, en alguna sesión, en alguna grabación, etc.
Por ejemplo, esta semana recibí una llamada de Leo Genovese, un pianista argentino ex – vecino mío de Brooklyn, para grabar una cosa en febrero acá en Madrid. No tengo ni idea que va a ser, pero es un artista que realmente admiro dentro de la vanguardia actual del jazz, y además tengo la suerte de que es colega. Entonces, en febrero, toco con él, y a la semana siguiente con David Dorantes en su trío “el tiempo por testigo”.
¡Dos pianistas de los que más admiro en el mismo mes! Esto es genial, y me mantiene vivo, despierto, inspirado y muy en forma a nivel artístico en general, y esto es lo importante para generar cosas.
– ¿Dónde se puede ver el disco en concierto? O, incluso, dónde se ha podido escuchar…
– Javier Moreno: Próximamente, el día 10 de febrero, tocamos en el Festival de Jazz de Alpedrete, y después en mayo en el auditorio de Torrejón de Ardoz, en Madrid. Entre tanto, habrá conciertos que mencionarán parcialmente el repertorio arreglado para diferentes formaciones. Serán proyectos colaborativos, como el del 20 de abril en la Bilbaína de Bilbao, con Jamie Baum como colaboradora, etc.
En abril está planeado también ir al Jazz a Head de Bremen en Alemania. Vamos a ver si sucede.
– ¿Cómo va la vida de la música allí donde está usted ahora? ¿Hay un buen presente? ¿Cómo se ve el futuro?
– Javier Moreno: Esta es una pregunta también difícil de contestar, ya que los músicos pasamos por muchas épocas diferentes que nos hacen ver la realidad de formas diversas según tengamos más o menos trabajo.
En este sentido, la vida del músico es muy cambiante, y es por ello que también la hace muy apasionante porque siempre has de estar buscando nuevos caminos.
En Madrid, opino que hay bastante oferta de trabajo, bastantes lugares y entornos en los que uno puede ser llamado como intérprete, con lo que, a pesar de que la mayor parte de nosotros, los músicos de jazz, tengamos que ayudarnos de las clases para vivir, creo que trabajo hay, sobre todo si lo comparamos con otros lugares fuera de Europa. Otro punto a favor, es la ubicación geográfica, ya que es fácil ir a hacer prácticamente cualquier bolo a cualquier lugar de la península en coche, y además tenemos un buen sistema de trenes, aviones, etc.
Más allá del trabajo, otro tema, es lo artístico: como y que ofrece la escena del jazz en Madrid y hacia donde va el debate artístico del jazz en España en general.
En mi opinión, por lo que estoy experimentando después de estos cinco años que llevo de vuelta en la península, cada vez que toco (tanto mi música como música original de otras personas con las que comparto aproximación artística), es que, desde que salimos de la pandemia, el público, está ávido de escuchar frescura musical, los conciertos están llenos, se hacen bises, y la gente está feliz de escuchar discursos que no han escuchado antes.
Este hecho no se relaciona, en absoluto, con la programación que se da en la mayoría de los clubes, sobre todo en los de Madrid, y en la mayoría de los festivales, donde se siguen viendo en los carteles los mismos nombres y los mismos proyectos, salvo en casos aislados, donde ciertos grupos de músicos comienzan desde el asociacionismo a intentar organizar espacios propios a través de proyectos de gestión colectiva.
Pienso que parte del futuro profesional estará en poder comenzar a gestionar nuestros propios espacios, como en Portugal, Francia, Alemania, etc. Es algo que a nivel local se está dando (hay asociaciones que están haciendo labores increíbles en Andalucía) , pero que en los dos focos de actividad más importantes del país, Madrid – Barcelona, no ocurre tan fácilmente. (por cierto, aquí tenéis una asociación de gente maravillosa que están haciendo cosas muy interesantes. Mousiké)
Respondiendo a tu pregunta sobre el presente y el futuro, opino, bajo mi punto de vista, que el público está preparado para recibir nuevos impulsos, y que es un muy buen momento para que, mirando hacia adelante, los programadores (sobre todo los que tienen acceso a presupuestos públicos) arriesguen a ampliar el debate artístico nacional e internacional programando más vanguardia y más contemporaneidad, y dejen de hacer concesiones artísticas con fórmulas fáciles y comerciales, que además no garantizan que las salas se llenen.
– ¿Qué rincón musical es su favorito? ¿Qué club tiene usted como referencia?
– Javier Moreno: ¡Tengo muchos! … En la península son, sin lugar a dudas: el Jimmy Glass de Valencia y el antiguo (ojalá lo reconstruyan) Hot Clube de Lisboa.
De reciente descubrimiento, en Ethiopia hay un club de jazz etiope impresionante en Adís Abeba, llamado Fendika. ! Hice un tema en el disco para este espacio. ¡Lugar mágico sin lugar a dudas!
En Latinoamérica, el Thelonius de Buenos Aires, él Thelonius de Santiago de Chile, y el Zinco de la Ciudad de México.
– Seleccione algún corte del disco y díganos la razón, uno que sea compendio del proyecto
– Javier Moreno: Bandera Negra, dedicado a mi amigo el escritor Jacobo Rivero. Una declaración de intenciones pseudo rockera a un sentimiento adolescente de cambio y rabia existencial. Es uno de los temas más relevantes, uno de los que le da identidad al disco.
– Es usted muy activo, seguro que ya está metido en algún que otro proyecto más… ¿Verdad? Cuéntenoslo.
– Javier Moreno: Efectivamente, trato de mantenerme activo y generar cosas para continuar creando y creciendo. Como co líder, ahora en febrero y marzo acabaré de grabar dos proyectos colaborativos nuevos en Oporto: uno con Vessel Trio: Hery Paz, Javier Moreno y Marco Cavaleiro, y otro a dúo con el guitarrista Francesco Diodati. También estamos echando a andar otro proyecto a dúo con la cantante Clara Luna.
Todos estos proyectos son composiciones originales de todos los miembros integrantes del grupo. Mientras, también sigo atendiendo a otros proyectos que estoy de acompañante, como el de David Dorantes, etc.
– Gracias por su tiempo, ¿algo que añadir?
– Javier Moreno: Un abrazo fuerte para todos. Mucha música para todos.
Mil gracias Héctor por tu tiempo y energía. ¡Cuídate!
Foto: Noah Shaye