
El temps no esborra res (El tiempo no borra nada), es el tercer disco de Pep Burgoa y quiere conjurarse para contradecir el dicho popular que asegura justamente lo contrario. Cada una de las doce canciones que lo integran encierra una historia, un punto de vista, incluso un mundo. El rechazo a la euforia de unos saltos sin sentido ni consistencia en los que se basa una parte no menor de la música actual imperante. Frente a ello, el viejo oficio de escribir canciones. Nada más. Es una producción de Segell Microscopi
Canción de autor. Por carácter y por convicción. Un género con una larguísima tradición histórica que goza de una excelente mala salud. Canciones de aquellas que tal vez te gusta escuchar cuando nadie te ve, escritas solo para cuando, más allá del ruido, eres verdaderamente tú.
Pep Burgoa
Nació en el barrio o villa de Gràcia, en Barcelona. A lo largo de los años, ha vivido en Barcelona, Madrid y Évreux (Normandia). Desde 2019, reside en Torroella de Montgrí (Baix Empordà, Girona).
Licenciado en Filología Moderna, su trayectoria laboral se circunscribe al mundo de las bibliotecas, con esporádicas incursiones en la docencia.
Como cantautor, ha publicado dos discos en catalán: “Jo, de vosaltres” (2015) y “L’Àtic del 16” (2018). No se prodiga demasiado en los escenarios, pero ha dado conciertos, entre otros, en el festival Barnasants, en el de Música en Espais Singulars de La Garriga y en el centro cultural Blanquerna de Madrid.
Producido, grabado, mezclado y masterizado en BITSTUDI de Barcelona por Xavier Batllés de enero de 2022 a mayo de 2023, salvo las guitarras acústicas, el violín y la mandolina en “Halley” y “Atzucac”, grabadas en el estudio de José Ignacio Cordero, en Herencia (Ciudad Real).
Foto: Juan Miguel Morales