
El álbum Flamenco Mediterráneo de Carlos Coronado es un disco conceptual que trata de evocar el paisaje mediterráneo y ampurdanés (Girona) a través de los distintos palos flamencos. Los ritmos y estructuras flamencas no son más que un marco sobre el que se construyen atmósferas. La intención es, en primer plano, paisajística, sugiriendo un encinar en «Font Martina», una pequeña cala en «Fandango Mediterráneo» o una noche de luna llena en «Nocturno Tercero». La influencia de la música impresionista es fuerte, y también se incorporan elementos jazzísticos y de música hispanoamericana. Ha sido publicado por Segell Microscopi
Las palmas de Marc López y Pere Martínez aportan el sonido flamenco, mientras que el violín de Montserrat Martos representa la parte más mediterránea e intimista.
Carlos Coronado (Baix Empordà, Girona, 1998)
Empieza a tocar en la adolescencia, seducido en un principio por la música rock. Pronto tuvo la posibilidad de mostrarse en público en diferentes bandas de jazz y rock, y sobre todo actuando a dúo guitarra y voz.
Empieza a componer desde un principio de forma espontánea, y eso le lleva gradualmente a adentrarse en el flamenco, cautivado por sus ritmos e incorporando la técnica a sus composiciones. De esta manera logró darle la forma que faltaba a sus canciones que surgían con naturalidad, siempre inspirado por el paisaje mediterráneo y ampurdanès.
Concretada la dirección musical de su obra, empieza a priorizar las actuaciones en solitario y en pequeño formato, siempre interpretando piezas o arreglos propios con ese gusto mediterráneo. Ingresa en el Conservatorio Superior del Liceu en 2021 de la mano de Manuel Granados para estudiar flamenco, donde amplía conocimientos y se le abren puertas para tocar con frecuencia en toda Catalunya, gracias a la beca Ferrer Salat.
Actualmente tiene varios proyectos en activo, tocando en solitario, a dúo guitarra y voz – combinando cançó catalana y flamenco – y el Trio Tico, un proyecto de jazz-flamenco. Ha tocado en el extranjero en varias ocasiones, llevando el Empordà a México y Francia.
Foto: Ignasi Roqué