Jorge García autor junto con Gustavo Rico del cómic Muera la Inteligencia, publicado por Norma Editorial, sobre la figura de militar franquista Millán Astray confiesa que como historiador tiene opiniones ambivalentes sobre la Ley de Memoria Histórica y, por ejemplo, cree que se debe analizar “caso por caso” el cambio del nombre de algunas calles.
“Como licenciado en Historia, me resulta interesante que se mantengan para que la gente sepa por qué están ahí y la razón por la que unos ganaron y otros perdieron la guerra civil”. García cree que en estos momentos “cuando todavía en nuestros días hay cadáveres sin identificar tirados en fosas comunes y la ultraderecha reivindica determinados aspectos de la dictadura, intentamos a través del cómic desmontar ese discurso, pero no desde la pasión sino desde la razón. Me parece una aberración ver a niños reivindicando la ideología de la Falange, por ejemplo. Y, para mí, la mejor manera de acabar con este tipo de actitudes es analizar lo ocurrido, porque de lo contrario se malinterpreta fácilmente”. El guionista considera que la administración podría levantar memoriales para mantener el recuerdo de las víctimas, por ejemplo en el campo de prisioneros de Fyffes.
El tour ¡Muera la inteligencia! pasa por Tenerife
Recuerda que antes de empezar con este proyecto, en 2017, lo entrevistaron con motivo de otro cómic, y allí anunció que íban a hacer ¡Muera la inteligencia!. “Entonces recibí varios calificativos en las redes sociales. Entre ellos el de un cabecilla de una asociación que defiende a Millán Astray, y que me advertía de que tuviera cuidado porque podríamos acabar en los tribunales”. A este comentario en las redes le siguieron otros “más fuertecillos, incluso insinuándome que si me encontraban íbamos a tener algún problemita”. En principio se llegó a plantear la posibilidad de que el álbum tuvieran un carácter más fantástico pero finalmente se decantaron por el rigor y el relato histórico de los 75 años de vida del militar y también de ese período de la historia de España.
El título viene del famoso enfrentamiento que sostuvo con Unamuno en la Universidad de Salamanca sobre el que existen varias versiones de las que ellos han elegido la de un profesor que estuvo presente y escribió lo ocurrido cuando acabo el acto. La que se ha hecho más popular en realidad salió a la luz al acabar la guerra desde el bando republicano pero no parece ser muy acorde con lo que realmente ocurrió, aunque el propio Astray reconoció que tras oír a Unamuno llegó a decir: “Si eso es inteligencia ¡qué muera la inteligencia!”
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