El nombre de Fuerteventura asociado a isla de destierro saltó a la fama en la prensa nacional e internacional a partir de 1924, cuando se ratificaron las condenas del marqués de Cortina, el periodista Rodrigo Soriano y Miguel de Unamuno. Si bien el aristócrata y exministro no alcanzó a pisar la isla, el periodista metido a político y el eminente escritor, filósofo y pedagogo permanecerían por espacio de cuatro meses entre los majoreros. El impacto de este destierro en España, Europa e incluso América, así como en la isla majorera, visto a través de las noticias y escritos de la prensa de la época, es el objeto de ‘Fuerteventura, 1924’, el estudio que presenta el historiador majorero Carmelo C. Torres el día 28 de noviembre en la Casa Museo Tomás Morales de Moya, a las 19:00 horas, con entrada libre, hasta completar aforo.
Fuerteventura, 1924. El Marqués de Cortina, don Miguel de Unamuno y don Rodrigo Soriano a cien años de su destierro. Noticias y escritos desde Canarias a través de la prensa’ es una publicación editada con el apoyo de una subvención del Cabildo de Fuerteventura, pero distribuida con el esfuerzo personal del autor, Carmelo C. Torres, profesor e investigador de la isla, conocido por la publicación de exitosos trabajos anteriores, como el referido al Muelle de Gran Tarajal.
Con prólogo de Marcial Morera Pérez, Torres, la obra profundiza en tres figuras que, si bien, no fueron los primeros, ni tampoco los últimos desterrados en esa isla, “sí que han sido los que mayor huella han dejado por la repercusión mediática que desató esa medida del gobierno de Primo de Rivera”, asegura el autor. “Esta investigación persigue acercarse a las noticias que sobre el destierro aparecían en la prensa –desmontando con ello no pocos falsos históricos-, así como a la obra que ambas personalidades produjeron durante su forzada residencia en Fuerteventura, mucha de la cual vuelve a ver la luz tras casi un siglo de olvido”, anuncia Carmelo C. Torres, como adelanto sobre la lectura de una obra que ha supuesto un año de investigación en los archivos de los principales rotativos locales, nacionales e internacionales de la época.
1924. Fotografía histórica
¿Qué pasó en España en 1924 para que se desatara tal ola de destierros? “Era el primer año de gobierno de la dictadura de Primo de Rivera”, contextualiza Carmelo Torres. “Estamos en el directorio militar, la etapa más dura, en la que se llevaron a cabo innumerables destierros y condenas a los denominados ‘pesimistas’ del gobierno que había que aislar, necesariamente”.
Los destinos elegidos fueron los lugares más remotos del territorio: Ceuta, Melilla, Guinea y, por supuesto, las Islas Canarias. La isla de Fuerteventura fue el destino de las tres figuras más insignes, aunque, en el caso del marqués de Cortina, su aventura acabó en Gran Canaria, “donde consiguió el indulto gracias a la influencia de sus innumerables contactos”, recuerda el historiador.
Desmontando mitos
Uno de los propósitos de la publicación es acabar con lo que el autor denomina “falsos históricos”, historias relacionadas con estos acontecimientos que han llegado erróneamente hasta nuestros días como hechos ciertos. “La fuga de Unamuno no fue tal fuga”, adelanta por ejemplo Carmelo Torres. “Los contactos que poseía a nivel internacional no consiguieron mejorar su situación. El director del periódico ‘Le Quotidien’, de París, Henri Dumay, es, según asegura Torres, el principal organizador de la campaña publicitaria y de la evasión marítima tragicómica del intelectual español. “Lo único que pretendía Dumay era producir una falsa historia de fantasía para vender periódicos”, explica Torres. Efectivamente, se decretó una amnistía, no solo para los exiliados en Fuerteventura, sino para miles de personas, recuerda el autor. “El rescate fue un engaño para Soriano y Unamuno, que protagonizaron una extravagante salida marítima desde Caleta de Fuste, que no fue sino un ‘teatrillo’ ya que la amnistía estaba firmada”, desmonta Torres.
Otra anécdota es la que se refiere al Monumento en Montaña Quemada, al ser, presuntamente, el lugar elegido por el escritor en caso de fallecer en la isla. “Él dejó señaladas otras ubicaciones, tal es el caso de Playa Blanca, la actual playa capitalina”.
También se incluyen testimonios poco difundidos hasta el día de hoy. Tal es el caso de relatos que parten de los guardias civiles que custodiaron a Unamuno y que cuentan, por ejemplo, cómo, en una ocasión, el insigne escritor “decidió, en un arrebato, engalanar a un camello con todas sus condecoraciones, incluyendo la medalla al mérito de Alfonso XII”.
El foco de la noticia
La repercusión mediática que provocó la llegada de estos ‘visitantes’ a Fuerteventura es comparable al seguimiento que provocan hoy día los casos de corrupción, por ejemplo. El autor de ‘Fuerteventura 1924’ ha buceado en los archivos de los principales rotativos de la época, tales como ‘El imparcial’, ‘Libertad’, Diario de Las Palmas’ o ‘La Prensa’ y Diario de Avisos, ambos de Tenerife. A nivel internacional, se recogen artículos de ‘Cara y Caretas’, publicación argentina, y diversas publicaciones cubanas, entre otras.
La percepción de la isla de Fuerteventura que reflejan, sobre todo, los medios internacionales que cubren las noticias de los destierros es otra de las curiosidades del libro de Torres. “La visión que tenían de Fuerteventura era, efectivamente, la de un lugar de destierro, hostil, en todo caso, más africano que europeo”.
Sin embargo, su presencia contribuyó a colocar a Fuerteventura en el mapa. “Más por vergüenza ajena que propia, Fuerteventura se pudo beneficiar muchísimo, por el conocimiento de sus carencias de su enorme y prolongado atraso. Incluso se vendió irónicamente Puerto Cabras como la playa de moda”.
La publicación ‘Fuerteventura 1924’ fue presentada en Fuerteventura recientemente y ahora llega a Gran Canaria. Torres ha decidido encargarse personalmente de la distribución del libro. El historiador se encuentra inmerso en otras investigaciones sobre los 112 años del Cabildo de Fuerteventura o en la elaboración su propia tesis doctoral.
Sobre el autor
Carmelo Torres nació en 1975 en Puerto del Rosario. Es licenciado en Historia por la Universidad de La Laguna. Entre los años 2000 y 2001 cursó el máster internacional en Restauración y Rehabilitación del Patrimonio Edificado. Ha dirigido proyectos de rescate de fuentes documentales referentes a Fuerteventura en el Archivo Histórico Provincial de Santa Cruz de Tenerife.
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