Un día, sólo casi una tarde en el Festival Isla Calavera, Festival de Cine Fantástico de Canarias Ciudad de La Laguna, que dio para bastante, tuvimos la posibilidad de disfrutar de dos películas y una charla. Se realizaba, y sigue haciéndolo, en Multicines Tenerife. Por una parte, la producción argentina 1978 y por otra el gran clásico protagonizado por Kurt Russell y dirigida por el gran John Carpenter así como charla de la que fuera su musa Adrienne Barbeau (y protagonista de la charla).
1978
Los hermanos Onetti (Nicolás, Luciano) llevan a la gran pantalla la tragedia argentina. En ese año del título, Argentina era gobernada por una dictadura militar a golpe de mano dura -y no es una frase hecha-. Entre fútbol y publicidad para ganarse a la gran política internacional y lavar la cara de un régimen absolutamente ya depauperado y en bancarrota. La dictadura fue conocida por arrastrar por la violencia ejercida por un Estado a una generación de jóvenes -progresistas o no, pero especialmente los primeros- para arrancarles información y los abusos estaban a la orden del día. Como en todas las dictaduras violentas los de abajo se excusan en las órdenes recibidas para limpiar sus conciencias y los de arriba por el orden y la ley y en que ellos se lavan las manos por “no haber hecho nada, sólo ordenarlo”
Ese es el punto de inicio terrorífico que propone la película y hay dos partes en la película. Ésta y la de fantástico, el salto es verdaderamente vertiginoso, un abrir y cerrar de ojos. La primera parte es verdaderamente interesante y hay escenas que verdaderamente escalofriantes para cualquiera, sin embargo las cosas cambian con la presencia de la versión gore, pasado el ecuador.
Mucho más miedo da la ejecución de la furibunda dictadura, más allá que el diablo que va a tener a su hijo, una suerte de querencia a La Semilla del Diablo que ya rodase Roman Polansky en los últimos compases de los años 60.
En ese sentido, 1978 fue más interesante de inicio -con una genial escena que rodaba un juego de carta- que en su conclusión. Una lástima.
La sala de Multicines Tenerife se llenó hasta la bandera, en el marco del Festival Isla Calavera, para la revisión del clásico de John Carpenter, Escape en New York y contó también con una interesante charla de Adrienne Jo Barbeau (Sacramento, 11 de junio de 1945)
1997 Rescate en New York
En los comienzos de la década de los 80 (como ya había pasado en los 70) hubo un crecimiento y florecimiento del cine como contrapunto a lo anterior. Si bien la década de los 70 eran temas serios y marcadamente grises, el torrente propiciado por directores como George Lucas de luz, color y sonido hizo que muchos se dedicaran a sacar historias nuevas y ahí estaba John Carpenter con su reconocido poco presupuesto. Esto hacía a las películas más meritorias si caben. Y no sólo, Rescate en New York sino films como Están vivos (1988) en donde el presupuesto era ínfimo y estirado hasta la máxima consideración.
Rescate en New York es una distopía absolutamente dura y tiesa. La isla de Manhattan, New York, es toda ella una cárcel surrealista en donde cumplen la reclusión presos de toda índole y con un malo malísimo (Isaac Hayes, Mr. Soul en persona) con la pérdida del Presidente entre la época (Donald Pleasence) y el protagonismo de Kurt Russell (Snake Plisen), estrella de siempre. También destacaban Lee Van Cleef (Hauk) y por supuesto la invitada a la velada Adrienne Barbeau (Maggie).
Es un placer retomar la película y disfrutarla en pantalla grande. Una película de aventuras, de acción y claro, por la distopía se llega al fantástico.
En su charla Adrianne Barbeau, entrevistada por Vanesa Bocanegra y traducida por Manuel Díaz Noda, nos hizo un buen resumen de los momentos del cine de esa época. Barbeau fue testigo de esos tiempos de cine y del ambiente de Los Angeles. Hubo tiempo para que nos contara pormenores de alguna grabación como la mágica La Niebla así como la misma Rescate de New York. Nos contaba por ejemplo una anécdota entre Carpenter y los mandamases de la compañía distribuidora y productora que se hacía cargo de 1997. En ese meeting de visualización previo del film estaba presente el padre del director -afamado hoy- J.J. Abrams y también de este mismo que era un joven en la época. Y preguntaron sobre el final de personaje de la actriz, ¿Dónde está el final de la protagonista? Esto llevó -según siempre las palabras de Adrianne- a la vuelta a los platós de grabación para dar un final a Maggie.
Dada esta anécdota como muestra de lo sucedido, un contacto de lujo para conocer el trasfondo de las películas que marcaron una época -los instantes previos al Reganismo norteamericano-, Rescate en New York fue sin duda una de ellas.
Texto: Héctor Martín, Canción a quemarropa
foto: Canción a quemarropa (con Adrienne Barbeau)