Así es María Guadaña. Así son sus directos. Y así son sus canciones. La última de ellas, este «Preto» que supone el primer adelanto del que será su próximo y esperado álbum tras la calurosa acogida, más que merecida, que recibió su portentoso debut, «Remedios paganos» (Happy Place Records). «Preto» nos llega hoy por partida doble —ya disponible en plataformas digitales y también su videoclip en Youtube, que estrenaba ayer en primicia la web de una famosa revista— corroborando esa sensación de purificación anímica que acompaña a cada una de sus composiciones. Todo un bálsamo espiritual de hondo calado en estos tiempos tan superficiales.
Según el sabio Diccionario de nuestra querida Real Academia Española, por catarsis se entendía, «entre los antiguos griegos», la «purificación ritual de personas o cosas afectadas de alguna impureza». Una definición que le viene también como anillo al dedo a la música de María Guadaña. Nada extraño, incluso, que su magnífico álbum de debut, una prodigiosa carta de presentación que nos llegaba hace ya dos temporadas de la mano de Happy Place Records, se llamara «Remedios paganos». Porque adentrarse en las canciones de María Guadaña es casi un ritual, un viaje iniciático en el que entramos heridos pero salimos sanados, tras haber compartido con ella dolor y pérdida, pero también arrebatos de sensualidad y euforia transitoria. Toda una catarsis, al fin y al cabo.
Hay algo de bálsamo en la música de María Guadaña. De vieja poción, de ancestral ungüento. Este 2021, ahora que atisbamos algo de luz al final de este túnel llamado pandemia, tendremos la suerte de reencontrarnos con esta bendición sanadora. Porque María Guadaña nos regalará el próximo otoño un segundo trabajo discográfico, una nueva entrega de su talento, una mirada más a ese personalísimo universo en el que confluyen el rock de arrabal, el post punk melancólico, el folclore urbano y el cabaret milenarista. Un espejo fragmentado por la furia de su sonido en el que se reflejan Frida Kahlo y Jodoroswky, Chavela Vargas y Nick Cave, Pj Harvey y Nacho Vegas, Lhasa de Sela y Mark Lanegan. Así es el microcosmos de María Guadaña, un lugar siempre fronterizo donde sentirse como un Pedro Páramo en tiempos de amor y cólera.
Y como adelanto de ese esperadísimo segundo disco, hoy nos llega «Preto», una primera entrega que contiene, en sus escasos cuatro minutos, todas las virtudes de María Guadaña. Un corte tan continuista con el eco tan característico de su trabajo anterior como esperanzador respecto a los nuevos sonidos que se avecinan. Ahí están los temas recurrentes de la de Jaén, siempre valiente en cruzar airosa los pasillos más oscuros. «No le pido al cosmos venganza, solo justicia, equidad, que sientas lo que yo he sentido, que padezcas como me has hecho padecer», nos confiesa la propia María Guadaña sobre el leit motiv de éste su primer sencillo. Y no tarda en corroborar esa sensación de continuidad que desprende la canción. «Es de las primeras canciones compuestas por mí, aunque no se presentó en ‘Remedios paganos’. Otra canción-curación, un sacar fuera lo que arde por dentro. Siempre la había oído en mi cabeza con un saxo barítono, así que no dudé en llamar a Dani Niño (Los Saxos del Averno, The Limboos) para que colaborara… El resultado justifica el capricho sobradamente».
Resulta también curioso que la canción se llame «Preto». No solo por su significado en portugués, negro, un color que se calza como un guante a la iconografía de la artista. También es llamativo que Preto fuera, precisamente, un rey griego que hizo enloquecer a sus propias hijas, las Prétides, por oponerse al culto a Dionisio. Todos temas recurrentes también en el repertorio de María Guadaña: la culpa, el sacrificio, la pérdida, la locura, el exceso.
Precisamente al hablarnos sobre el videoclip de la canción, que ayer estrenaba en primicia la web de Mondosonoro y que hoy ya podemos disfrutar en abierto en Youtube, la propia María Guadaña también menciona la peculiar relación de «Preto» con el color negro. «Ramón Guirado ‘El Chatarrero’ y yo salimos una tarde a cazar fotografías y llegamos a ese espacio mágico, un no-lugar a las afueras de Jaén. Podría ser cualquier sitio del mundo, entre manglar y pradera, entre cultivo y naturaleza salvaje. Justo era el momento del año en el que los juncos despiden sus semillas…», rememora la artista. «No elegimos el escenario: él se mostró como el sitio perfecto para reflejar la soledad en la luz, el atardecer antes de la noche. ‘Preto’ significa negro, este vídeo es el yang a la oscuridad, la luz domesticada por ‘El Chatarrero'».
La andaluza parece estar en un momento increíble de creatividad. Este primer single de María Guadaña nos llega apenas unas semanas después de que se publicara su colaboración con Lõbison, otro de esos artistas siempre dispuestos a sacudirse etiquetas. En «Docilidad fingida», que así se llama esta canción, su voz como invitada estelar se ajusta como un guante de seda —forjado en hierro, que diría Daniel Clowes— a ese ambiente portuario a lo Tom Waits que desprende la grabación.
Recordemos que, además de este lanzamiento, María Guadaña ha sido también noticia recientemente por su doble galardón en la 41ª edición del veterano certamen Rock Villa de Madrid: el Primer Premio, dotado con 1.200 euros, y el Premio Sol Música, consistente en la grabación y emisión de un videoclip. Un nuevo reconocimiento a una trayectoria tan breve, por el momento, como rotunda.
Porque si «Remedios paganos» nos trajo en su momento una más que grata promesa, el próximo trabajo discográfico de la de Jaén amenaza, visto y oído este fabuloso «Preto», con presentarnos en sociedad a una María Guadaña convertida en toda una realidad ante nuestros ojos. Y, de paso, sumergirnos en una nueva catarsis. Bienvenida sea.
Foto: Ramón Guirado.