Para este EP, Esther Vinuesa, el nombre tras Ela Vin, repite equipo y sigue caminando de la mano de experimentados músicos, entre ellos Txema Mendizabal en el pedal steel con quien colabora desde sus inicios. Xema Fuertes, que también actúa como productor y que se hace cargo de coros, guitarras, timple y tres y Cayo Belleveser en el contrabajo y bajo.
Ela Vin abre su «Caja de Mariposas» el 29 de enero en La Salà
Participan también Alfonso Luna (percusión y bateria), Amadeo Moscardó (piano), Andrés Belmonte (flauta travesera) y Javi Belda con la guitarra española en “La Casa”.
Esther, responsable de la música y letras de sus temas, también deja su huella sonora en los coros, guitarra acústica, vibráfono y acordeón, un instrumento que domina y que ha marcado su carrera, aunque en esta ocasión no esté tan presente y solo aparezca en “Pedazos”.
Pero los nuevos recorridos de la artista valenciana no se quedan únicamente a nivel melódico, se hacen patentes también en la portada de este disco- que por el momento solamente estará disponible vía digital. ya que a diferencia de sus trabajos anteriores, la cubierta de este EP ilustrada por Sandra Pena, se acerca más a la imagen de un manual de instrucciones, que a una carátula al uso.
“El diseño lo hicimos Javi Belda y yo. Los números que aparecen en la portada como si fueran referencias propias de la caja de mariposas, son en realidad el minutaje de cada una de las canciones que componen el EP. Elementos, algunos sueltos, que son necesarios para que la totalidad de la pieza esté engranada o completa. De modo que la gran pieza se completa con las partes referenciadas, que serían las canciones”, explica Vinuesa.
“Jugar con una pieza de motor, fría e industrial, me pareció contrastante con la emotividad y calidez de las canciones. No creo que lo primero que venga a la cabeza con «Caja de Mariposas» sea una pieza de coche, sino algo relacionado con una imagen bucólica y romántica. Me gustó la idea de este doble juego en general”.
Mención especial merece el vídeo de “Pedazos” una canción que se inspira en el minimalismo de Yann Tiersen. Una melodía dulce e inocente que reivindica el poder sanador del abrazo a través de los dibujos de ATI (@le_patille), responsable de estas ilustraciones, que nos abstraen a un mágico mundo animado por Iván Moreno (The Kaiju Lab).