Aforo más que repleto para disfrutar de una de las citas más interesantes de esta edición de 2022 de Naturajazz, el Festival que aúna a partes iguales la fotografía y esa música rica en improvisación presente en el título del ciclo. Efectivamente, había que llegar con unos buenos minutos de antelación para hacerse con uno de los asientos que daba derecho a disfrutar de la velada con Sunna Gunnlaugs, pianista de origen islandés y sus dos competentes músicos. La cola de gente que se quedó por fuera del patio en que se desarrolló el evento era importante y hubo una suerte de lista de espera que no era de desdeñar.
En ese sentido, es un placer saber que se puede escuchar a través del hilo musical de la entidad museística -dependiente del Cabildo de Tenerife, Museos de Tenerife– lo que sucede en el espacio contiguo. De alguna manera se puede decir que se escucha el concierto aunque no se esté en el mismo.
Con puntualidad precisa y milimétrica presentaban el acto y enseguida empezó la maquinaria de color musical a desgranar algunas canciones nuevas, también piezas del acerbo cultural nórdico y de otros horizontes como el mejicano.
La brillante pianista islandesa Sunna Gunnlaugs estuvo acompañada por el bajista Thorgrimur Jónsson y el batería Scott McLemore. Un trío verdaderamente bien empastado y soberbio, cuestión que daba una pista de la multitud de conciertos que han podido realizar juntos.
Cielito Lindo, Icelandic Blues o incluso alguna canción que no tiene título todavía y que formará parte de su nuevo álbum -como confirmó a Canción a quemarropa la pianista en reciente entrevista-, fue el caldo de cultivo para una noche verdaderamente memorable en donde las composiciones y la ejecución compartían protagonismo con la fotografía consagrada a la naturaleza. Como estaba igualmente previsto pudimos escuchar algunas canciones del último disco de la pianista, Ancestry. Experimentación musical, ritmo e improvisación, a partes idénticas.
Ver como evolucionaban los competentes músicos y a la misma vez como iban pasando excelentes trabajos fotográficos que comprendían la labor de dos especializados fotógrafos constituyó un verdadero lujo en el santacrucero Museo de la Naturaleza y Arqueología.
El concierto consistió en dos pases de unos 50 minutos de duración, con una pausa de un cuarto de hora, que dejó plenamente satisfecho al respetable.
Gunnlaugs, que vive en la ciudad de New York, se ha mostrado en las últimas horas en sus redes sociales satisfecha con el trabajo y con el escenario del Museo y además con el público asistente. Y no era para menos pues se trató de una actuación de las que hacen afición.
Es de menester recordar que la pianista estará actuando este sábado 22 en la Sala Jerónimo Saavedra del Auditorio Alfredo Kraus de Las Palmas de Gran Canaria, a partir de las 20:30 horas. Y para el que suscribe, como director de Canción a quemarropa, es imprescindible la asistencia.
Foto: Canción a quemarropa