La dibujante gallega Paula Cheshire se considera la “típica rara” de la clase que no paraba de dibujar, lo que de forma inmediata la llevó a crear sus propias historias cuando comenzó a leer cómics de forma igualmente compulsiva. La consecuencia es que siempre lo tuvo muy claro y se empezó a enfocar en lo que realmente le apasionaba. Pero el sistema educativo no dio siempre respuesta a lo que esperaba y por ello estuvo durante unos años dando tumbos intentando encontrar un lugar en el que encajar. Rehuye del término infantil para referirse a sus dibujos y más aún cuando trata temáticas duras como la muerte de su madre, alcoholismo, abuso de medicamentos o la ansiedad. A la hora de explicar su ajetreada formación académica lo hace de la siguiente manera:
-Llegué a Bellas Artes, en mi ciudad natal, Pontevedra, donde sinceramente me desencanté bastante. No sé ahora, pero antes esa facultad estaba muy centrada en el arte contemporáneo, muy de museo, y a mí eso no era lo que me llenaba. A mí me lo que me apasionaba eran los cómics, la ilustración, los cuentos… me desencanté a tal nivel que intenté olvidarme de todo eso y, después de algún que otro tumbo, fue cuando me metí en la Escuela de Diseño Gráfico, en Ourense (EASD) Antonio Faílde.
Ahí aprendí muchísimo y podía combinar mis conocimientos de dibujo con el diseño y también aprendí mucho de tipografía y composición. Pero la verdad, cuando empecé a trabajar como diseñadora gráfica, me di cuenta de que lo odiaba. De nuevo mi cabeza volvía a aquellas historias que quería contar, a los cuentos que quería ilustrar… solo tuvo que enfermar mi madre, fallecer y, meses más tarde, ocurrir una pandemia mundial para que me volviera loca y lo dejara todo para hacerme autónoma e intentarlo de verdad. No sin antes haber ahorrado, por supuesto, que la cuota de autónomos en este país es una cuestión aparte.
–¿En qué sentido fueron esas tragedias las que te hicieron dar el paso definitivo?
– Paula Cheshire: Pensaba que me podía morir en cualquier momento sin haberlo intentado, y no era capaz de sacármelo de la cabeza. Me di cuenta de que las desgracias pueden ocurrir sin comerlo ni beberlo, como el cáncer que se llevó a mi madre, porque sí, sin ningún motivo ni explicación. Así que me lancé… y bueno, con la tontería llevo ya cuatro años.
-De ti resaltan que eres muy activa en las redes y una apasionada de los fanzines.
-La verdad es que las redes sociales son mi principal manera de moverme, soy bastante pesada por Instagram y lo era en Twitter, antes de que se volviera una red social hostil, como lo es ahora. A raíz de la pandemia y de subir mis viñetas, fue lo que mejor me funcionó para promocionar mi trabajo.
–¿Cómo fue tu incursión en el mundo de los fanzines?
-Al recibir tan buen feedback, me animé a publicar mi primer fanzine: Me das ansiedad, que ahora lo ha editado Fandogamia. A parte de ese, he participado en otros grupales, como Zuzumba, dedicado a Hora de Aventuras, Baila Conmigo vol. 2, Draw this in your style Fanzine… y por mi cuenta, he publicado también Meigatas. Me gusta el medio porque no le rindes cuentas a nadie y encuentras auténticas joyas.
–¿Puedes explicar de qué trata Un tesoro para Martín?
–Un tesoro para Martín fue mi primer experiencia como ilustradora, pero estaba todavía muuuuy verde. Aun así, fue un cuento muy bonito de ilustrar y una gran primera experiencia. Es un relato que habla sobre lo que cada persona puede considerar como tesoro o no. Tiene un mensaje muy lindo.
–¿Y Cuentos para entender el planeta?
–Fue uno de mis primeros pasos para luego querer lanzarme de cabeza al mundo autónomo. Era un proyecto donde María Mosquera, como escritora y yo como dibujante, les explicábamos a los más peques cosas que ocurrían en el mundo de una forma fácil y con un poco de fantasía. La idea surgió de María cuando le intentaba explicar a su hija cómo funcionaban ciertas cosas y por qué. El proyecto hoy en día no sigue, ¡pero nunca se sabe!
-Los dibujantes que empiezan encuentran habitualmente en los salones de cómics una manera muy efectiva de dar a conocer sus trabajos ¿Cuál ha sido tu experiencia?
-En general siempre he tenido buenas experiencias, tanto de invitada oficial como por mi cuenta. Es una gran forma de hacerte ver y abrirte a un nuevo público. Una pena que hoy en día haya ciertos salones que se están pasando con los precios de sus stands, haciendo cada vez más difícil el acceso a diferentes artistas, sobre todo a los que están empezando.
–¿Consideras El Duelo en el que relatas la muerte de tu madre como tu principal obra?
-Se podría decir que sí, por lo menos la primera donde soy autora total. Le debo mucho a ese cómic, la verdad, porque gracias a él me di a conocer… aunque sin duda prefería no haber tenido que hacerlo.
–¿Cuál es la diferencia que encuentras entre el diseño gráfico y la ilustración?
-A esto voy a responder desde mi perspectiva personal, habiendo sido estudiante de diseño gráfico pero ejerciendo de ilustradora. El diseño gráfico se utiliza para comunicar un mensaje de una forma visualmente específica, usualmente con menos, se quiere decir más. Por eso sus principales aplicaciones son en publicidad y comunicación, se trata de resolver de forma eficaz y sencilla un mensaje que puede ser complejo.
–¿Y la ilustración?
-Paula Cheshire: La ilustración, en cambio, se utiliza para comunicar también, pero desde una perspectiva más artística y con el propósito de contar una historia. Diría que sus formas suelen ser más complejas y llenas de detalles, pero no necesariamente, ya que existen ilustraciones que, con muy poco, dicen mucho. Son dos disciplinas que pueden ir de la mano perfectamente, aunque para ser un buen diseñador gráfico no hay que saber ilustrar, ni para ser un buen ilustrador hay que saber de diseño gráfico. Pero se complementan muy bien. Todo esto, desde mi más humilde perspectiva.
–¿Dirías que tu estilo está dirigido de forma exclusiva al público infantil? ¿Atisbas un cambio a medio plazo?
-Creo que tengo de todo, la verdad. Mi estilo no se caracteriza por ser serio, pero sí que me gusta tocar temas, a veces, desagradables, como pueden ser la muerte y la ansiedad, sin ir más lejos. Me han dicho que el estilo humorístico y sencillo que utilizo para esos temas suele ayudar a digerirlos mejor, así que me quedo con esa parte positiva. Por el momento, estoy contenta por cómo funciona mi estilo, tanto cuando hago trabajos infantiles como más adultos.
-En una entrevista das a entender que te sientes un poco incómoda con el lenguaje inclusivo.
– Paula Cheshire: ¡Para nada! Es algo que intento utilizar siempre que puedo. A la hora de hablar me cuesta más, porque el cerebro está acostumbrado a otro tratamiento y a otro lenguaje, pero nada que no se pueda cambiar entrenándolo poco a poco y corrigiéndome siempre que puedo o me doy cuenta.
-Perdona, entonces lo entendí yo mal. Supongo que tus obras personales sobre ansiedad o crisis, no sólo te habrán servido para desahogarte sino que también habrás ayudado a mucha gente.
-Paula Cheshire: Te diría que en Me das ansiedad trato esas cuestiones, y es verdad, pero no creo que lo haga desde una perspectiva de concienciación. Las viñetas que salen en ese cómic tienen un propósito y es, en general, hacer reír, de hecho las dibujé para reírme un poco de mí misma y de mis problemas de ansiedad y de la vida adulta. Por eso me sorprende cuando hay gente que me dice que le ha ayudado de alguna forma, porque ese no era el propósito principal. En cambio, en El duelo sí que hay una intención de acompañar al lector pero no de explicarle nada. Cada une llevamos las cosas como buenamente podemos y yo no soy quien para enseñarle nada a nadie, sobre todo de salud mental. Aun así, es bonito recibir mensajes de gente dándote las gracias. Nunca pensé que llegaría a eso y me alegra enormemente.
–¿Cómo se mezclan esos argumentos tan duros con dibujos infantiles?
– Paula Cheshire: No definiría mi estilo como infantil, por lo menos en las obras donde trato esas historias tan crudas. Varias veces lo han definido como “cuqui”, y sí, lo es, pero infantil… no sé, supongo que es una percepción personal de cada une.
-No lo decía en un sentido peyorativo. Algunas portadas de tus obras advierten que el contenido es sensible. ¿Puedes aclararlo?
– Paula Cheshire: Algo que hace muy bien Fandogamia es avisar del contenido de sus tebeos a les lectores. ¿Si lo hacen en las series, películas y videojuegos, por qué no en los cómics? El aviso de contenido sirve para que una persona que quiera leer El duelo, por ejemplo, sepa que hay partes donde se trata del abuso de alcohol y medicamentos, y esa persona pueda decidir si quiere o no leer algo en relación a eso porque a lo mejor padece elle misme un problema o tiene algún familiar que está atravesando algo así. No vamos a hacerle pasar a alguien un mal rato sin antes avisarle.
–¿Crees que serás víctima de las IA?
– Paula Cheshire: Pues la verdad es que ya lo soy. Yo, y todes, en realidad. Ya solo por la aplicación de la IA en los términos y condiciones de las redes sociales, las personas que nos dedicamos al mundo del arte estamos totalmente expuestas. Y ni hablar de las empresas multimillonarias que han despedido a trabajadores para implementar las IA generativas, otras que ya pasan de contratar a ilustradores o fotógrafos para sus comunicaciones y publicidades, todo lo que está pasando en el sector de la animación… es desolador, y tan sólo por ahorrarse unos cochinos euros, en realidad. Les da igual el sentido y el cariño que hay en un producto, lo único que les importa es producirlo y venderlo.