La catalana Isa Feu es una de las mujeres mujeres dibujantes pioneras de España y así ha sido reconocida hace algunos años por el Museo Reina Sofia de Madrid. Además, es una convencida defensora de Cataluña, su cultura y de hecho se maneja mejor con el idioma de su tierra que con el castellano, de manera que mira con tristeza como en la actualidad existe “menosprecio” hacia Cataluña, “algo que antes no había”. Por ejemplo, no concibe como se puede dudar de que su lengua debe tener la misma consideración que el castellano, el gallego o el vasco, “y si eso no se entiende entonces lo mejor es que nos dejen ir”.
No obstante, este sentimiento por su tierra no cree que le haya cerrado alguna puerta: “Es lo que tenemos los catalanes, que hablamos catalán y nos sentimos catalanes”, indica para zanjar la discusión. Niega que se sintiera discriminada por ser una pionera “hasta que ya llevaba un tiempo trabajando en El Víbora, y su editor lo dejaba claro constantemente: Éramos mujeres que dibujábamos. Ellos era los dibujantes. Nunca tuvimos problemas con los compañeros pero otra cosa era con los editores.
De hecho, en todos los años de El Víbora la única portada hecha por una mujer la hizo Laura Perez Vernetti pero más bien porque firmaba como Maracaibo, así que nadie sabía quién era en realidad”, indica. La principal diferencia entre El Jueves y El Víbora, sería que la primera era una revista de humor satírico y desde la segunda se hacían historietas con una temática muy variada.
“Yo explicaba cosas de la Universidad porque estaba estudiando, Roger junto a Montesol firmaron una serie sobre la Guerra Civil, Gallardo hacía Makoki, Max Peter Pank… hacíamos lo que queríamos. Era una revista muy abierta, mientras que El Jueves iba más en la línea de las que había en la República de humor satírico que es distinto”. En cuanto al underground barcelonés y la Movida que coincidieron en el tiempo recuerda que la fotógrafa Ouka Lele y el dibujante Ceesepe siempre decían que lo ocurrido en Madrid comenzó en Barcelona cuando la contracultura catalana ya estaba muy asumida.
“La principal diferencia sería que la Movida estaba muy respaldada política e institucionalmente”, lo que considera “un sinsentido, aunque no se sabe muy bien cómo pero siempre cualquier movimiento acaba siendo apropiado por el poder y a nosotros eso también nos pasó”.