Oh Canada es el último film del director y guionista Paul Schrader, mítico guionista de películas como Taxi Driver, La última tentación de Cristo o Toro Salvaje, que además bebe de la novela de Russell Banks. En esta película se dan cita un reparto de lujo que encabeza y protagoniza Richard Gere y que cuenta también con Uma Thurman, Jacob Elordi (haciendo del joven documentalista) y Michael Imperioli. En la película se narra la vida de un documentalista que se enfrenta a los hechos de toda una vida, una suerte de recuento y revisión que en 95 minutos de duración hace acopio de hechos. Ese metraje es también otro de los aciertos de la cinta.
Estos hechos se ven violentamente sacudidos por ciertos factores externos: las drogas, la falta de recuerdos y la confusión de diferentes actos. El surrealismo, la ensoñación y quizás el emborrachamiento que producen las mismas drogas fuertes, el medicamento que tratan la enfermedad son verdaderamente cruciales para ir comprendiendo el rompecabezas que propone el director y guionista.
El veterano Gere se echa a la espalda toda la propuesta y es valientemente secundado por excelentes lugartenientes. La película es básicamente una entrevista y los flashbacks que ésta provoca. He ahí la habilidad de la película, involucrar al espectador para que vaya recopilando cada trocito de su puzzle. Ir haciendo acopio de cada estadio vital del protagonismo con el influjo de la farmacopea correspondiente.
Para no confundir a nadie, además, hay algunas visiones decisivas como el cambio de las dimensiones de la pantalla, o los colores, para saber en qué plano están. Oh Canadá si pide involucración del público. Se tiene que tener la licencia de involucrarse durante hora y media en esta mágica propuesta.
Hora y media de cine experimental que es además amena porque nos interesa su personaje ¿En qué quedó la vida del héroe del celuloide? ¿Fue un bandido que se fugaba de su propuesto destino como padre de una familia y pez gordo de una gran industria o sencillamente huyó de ese magnífico presente hacia un futuro propio muy lejos de los Estados Unidos, al otro lado de la frontera, a la lucha en contra de la guerra y como documentalista afamado?
El personaje de Gere aprovecha para hacer cuenta nueva en su amargo tránsito y para pasar factura a todos aquellos que verdaderamente no le placen. Sin ir más lejos, este recuento es también con su esposa (el alter ego de Uma Thurman en el reparto).
Por su parte, la película desde el punto de vista de la producción es sencilla pero buena, que es mucho más de lo que se puede decir de alguna otra. La fotografía de Andrew Wonder es excelente y además, hay que indicar que la banda sonora “a lo cantautor” es verdaderamente acertada.
El debate es apasionante y la película es coqueta, alejada de los grandes CGI pero visualmente exquisita.
En definitiva, Oh Canada es una película que hace pensar y que se aleja del típico film de batido rápido, de popcorn alegórico y de un fin de semana de fast food con la típica hamburguesa grasienta. Oh Canada es más bien un plato suculento que te va descubriendo poco a poco algunos detalles particulares después de su ingesta, y que debe de ser acompañado con buen vino.
Foto: promocional de la película