
Recién salidos del cine de ver la cinta Mickey 17, de Bong Joon-ho (Parásitos, Snowpiecer) y protagonizada Robert Pattinson, Naomi Ackie, Mark Ruffalo, Toni Collette, Anamaria Vartolomei, hemos tenido que ir rumiando y digiriendo el trabajo poco a poco para ver lo que tenemos “al final del día”, como se suele decir. ¿Qué nos deja la última comedia, parodia de este director y guionista surcoreano? Cuál es la guía de Mickey 17.
Bong Joon-ho se pone como escudo -que suele funcionar- el humor para jugar a la vida actual en un futurismo paralelo, con comedia y algunos golpes bastante ácidos. Mickey 17 habla del presente pero en una galaxia muy, muy -quizás demasiado- lejana. Realiza sátira sobre la realidad, jugando a la evidencia actual en una historia de un futuro casi imposible. Ahorra metraje, a pesar de lo que dura la cinta (2 horas y 17 minutos), no explicando todas las características de ese mundo nuevo.
Nos recuerda a alguna película ya algo pretérita como por ejemplo la Guía del Autoestopista Galáctico (Garth Jennings, 2005), por su sentido del humor y por su «universo» verdaderamente compatible.
Desde el punto de vista actoral, Mickey 17 tiene un despliegue verdaderamente positivo y todos “contaminados” de un buen humor y divirtiéndose como exige el estilo de la cinta. La película se la carga a la espalda casi en su totalidad Robert Pattinson que ha ido creciendo de manera positiva desde sus Crepúsculos y Batmans varios. Pattison está verdaderamente bien acompañado por Ruffalo y Naomi Ackie y la verdad es que poco a poco vamos entrando en un mundo en el que el protagonista tiene como único aliciente en la vida el amor interracial, dejando atrás un rosario de vidas y de dolores. La fotografía no es verdaderamente destacable y sencillamente cumple. Los efectos especiales son verdaderamente plausibles y «cuelan» convincentemente.
Mickey 17 además no tiene grandes pretensiones. Es uno, nos atreveríamos a decir, de los fuertes de la película. Se limita a ser una pieza de humor con una lectura en la actualidad. “Un presidente”, “Un político” es el que manda en una nave buscando otra nueva tierra. Visto así, la sipnosis está vista y sabida pero es en su desarrollo cuando verdaderamente nos alegra con golpes. El protagonista es el perfecto clown y sin arlequín al que le caen todos los palos. Es una forma de decir: Si te parece triste tu vida, compárate con Mickey.
Sin embargo, desde el punto de vista la película no tiene mucho más asidero. Cuando le coges el truco, está todo dicho y mascado. Uno va asimilando poco a poco los chascarrillos y la opereta, el pedorreo del mandamás y una buena cohorte de “pelotas”, botando al ritmo y el son del que manda aunque su decisión sea verdaderamente lamentable y costosa en cualquier sentido -ora sangre de inocentes, ora dinero-. En ese sentido es en el que vale y mucho el film de Bong Joon-ho. El film va ganando razones para llamar por sus vergüenzas al líder de la expedición. Paralelamente, invasión de un planeta, incomprensión del indígena, todo en una. Aderezado con humor.
En ocasiones, la película parece un teatro filmado de manera fija, como en la “cena” especial de los protagonistas. Ruffalo está como en sus últimos papeles (Poor Things, entre otros) desaforado y pasado de rosca, lo cual en este caso viene bien para dar una impresión de personaje que viene de vuelta de todo (ex político influyente y mandamás loco de la expedición). Quizás la película peca de un metraje enorme, pero eso es un mal casi siempre propio de nuestro tiempo.
En definitiva, Mickey 17 es una película media, que no llega a los niveles con los que el director sorprendió en Parásitos con su consecuente -justo o injusto- victoria en los Premios Oscars.
Texto: Héctor Martín
Foto: promocional de la película