Llegó, vio y venció, el multiinstrumentista norteamericano Marcus Miller en un abarrotado Teatro Leal en La Laguna, en el marco del Festival Internacional Canarias Jazz & Más. Miller confirmó las sensacionales noticias que le acompañaban en el resto de la gira, no sólo en su actuación en Canarias sino también en Madrid. Además, Miller vino acompañado de una excelente banda en donde destacan nombres como los del saxofonista Donald Hayes y el trompetista Russell Gunn.
Pasadas las 20:30 horas, Miller subía al escenario del Teatro Leal con su habitual sombrero oscuro, una camisa gris atada a la altura de los codos, brillantes tenis blancos y, sobretodo, su enorme talento musical. Tres bajos y un clarinete bajo con los que desde el minuto uno hizo la delicia del público. Desgranando temas de su último disco, Laid Black, y otros que nos pareció detectar como Afrodeezia o Renaissance. Y todo ello, arropado por una banda sensacional. Miller se ha caracterizado, a lo largo de su carrera, por llevar el funk a otro nivel. Y eso es lo que prometió y lo que dio con su seleccionado y talentoso combinado musical. Desde los primeros instantes fue un no parar de luz y sonido.
Uno de los momentos más espectaculares del concierto tuvo que ver con sus recuerdos con el gran Miles Davis. Fue cuando Mr. Miller se mostró más sincero e íntimo. Nos confesó que mostró al genio de la trompeta su tributo a uno de los bajistas más importantes y más influyentes en su carrera, y que el músico nacido en Illinois le dijo “Venga, vamos a hacerlo”. Así nació Mr. Pastorius. Tema dedicado al gran mito de las cuatro cuerdas, Jaco y que hacía sacar lo mejor de la banda. Sin ir más lejos, Gunn, simulaba el hacer del Maestro con una sordina sencillamente idílica. Hasta el leve sonido del aire acondicionado del abarrotado Teatro Leal molestaba en esos instantes.
El concierto transcurría, el público alucinaba y Marcus Miller parecía ni haber empezado a sudar. Miller tiene esa característica particular cuando se enfunda la banana de su instrumento, como si no le costase sacar el mejor sonido. Y además, Miller fue bastante generoso al dejar espacio a su banda el escenario, un perfecto escaparate para lucirse. De esa forma, disfrutamos especialmente con furibundos solos de Hayes y el teclista de la jornada que no era otro que Julian Pollack. La complicidad entre Miller y el batería, Anwar Marshall también fue clave en la noche. Se puede decir que era un concierto construido desde la sólida base rítmica y que los otros tres instrumentistas hacían a partir de esa plataforma un sin fin de filigranas inolvidables.
Otro espacio de oro fue la interpretación de un himno marca de la casa Miller: February. Y también nos tenemos que quedar y referir forzosamente a un lujoso uso del curioso clarinete bajo en otro momento de la velada. Por otra parte, todavía quedaba otro gran plato en la bandeja, una pieza había dado fama a Marcus Miller y redondeado la excelsa figura del gran Miles Davis a mediados de los 80 del siglo pasado, la interpretación de Tutu. La canción dedicada al religioso sudafricano Desmond Tutu sonó mágica, especialmente redonda y diríamos que latina. Sonidos de oro que hacían que el combinado saludara al respetable y saliese por uno de los hombros del Leal por primera vez.
Hubo un único bis que consistió en una versión muy personal de la beatleiana Come Together. Ahí de nuevo el grupo demostró su valía y dejó al público en una magnífica nebulosa conformada por funk, colorido, gran sabor de boca y buen ritmo.
En definitiva, concierto redondo que acabó con el público de pie, propinando una cerrada ovación y que respondió a las altas expectativas generadas por el mismo Marcus Miller en sus precedentes fechas de la misma gira y que coronaba de manera mágica su doble participación -Teatro Cuyás y Teatro Leal- en el Festival Internacional Canarias Jazz & Más. Salíamos del teatro y pensábamos que Miller había dado otra lección magistral como ya había impartido en el Auditorio con aquel extraordinario tour del Tutu Revisited que ya pudimos disfrutar hace unos años en el marco del mismo Festival.
Foto: Luz Sosa.