
Operación Fortune llegaba a la cartelera del inicio de este año 2023, resultando ser una nueva película firmada por uno de los directores que marcaron época al comienzo de los años 2000, con películas de buena factura como Snatch, Cerdos y Diamantes. Nos estamos refiriendo, como no, a Guy Ritchie que se volvía a conducir después de las mieles comerciales (Aladdin) con guiones mejores como en The Gentlemen. Así, volvíamos a dar un vistazo y una oportunidad a Ritchie a través de este Operación Fortune.
En esta ocasión, Ritchie recurre a un rutilante reparto lleno de actores reconocidos por el gran público. Por ejemplo están Jason Statham, Aubrey Plaza, Josh Hartnett, Cary Elwes, Hugh Grant. El secreto de Operanción Fortune: el gran engaño estriba en no tomarnos muy en serio nada de lo que en ésta película ocurre. Un poco con la seriedad del mismo Grant al encarar su rol en el film. Es una cita disfrutona y no apta para sesudos análisis y trabajos de ingeniería de guion. Fortune se deja ver y la idea es muy simple. Este trabajo no es más que una película del agente 007 (Jason Statham, más duro que una roca) actuando en equipo y sin el glamour ni por asomo del personaje de Ian Fleming. Eso es todo.
Las situaciones, los personajes, los parajes están nada más como fondo de una sucesión de acontecimientos que van embaucando al espectador en más de dos horas de entretenimiento de cotufas, algo que es lo que muchos –no vamos a engañarnos – buscan en el cine. Statham en ese sentido se ha especializado en este formato de peleas múltiples y variadas.
Sin embargo, después de este descargo hay que dejar notar algo que uno buscaba particularmente en una película firmado por Guy Ritchie y que era su sello bajo la dirección. En la mentada Snatch, cerdos y diamantes e incluso en otras como Lock and Stock o Rocknrolla, Ritchie tenía una firma de sus trabajos particularmente interesante con unas ediciones muy trabajadas y graciosas. En este caso, y después de tanto tiempo parece ser que Guy ha querido desprenderse de esa particular forma de entender el montaje. Sin ir más lejos en Snatch, Ritchie explicaba como un personaje viajaba a Londres con un golpe de no más de unos segundos. Parece que el director, como señalo, se haya despojado de estos trucos que eran tan de su manga, para apostar por otro juego de cartas más clásico, una manera más natural de contar la película, como un río.
En definitiva, Operación Fortune: el gran engaño es una película que se deja ver y que no revolucionará ni la ciencia cinematográfica ni la historia de la gran pantalla. Sin embargo, Fortune puede alegrarte el día sobre todo si eres fan de aquellas películas del viejo agente de su Majestad la Reina de Inglaterra que bebía Martini agitado y no mezclado. Cinta especialmente indicada para olvidarnos del mundanal ruido externo a golpe de cine.
Foto: Promocional de la película.
Texto: Héctor Martín